Miguel Ángel Agular glosa hoy, en El País, el Anteproyecto de Ley de Carrera Militar, informado el pasado viernes en el Consejo de Ministros en Militares de carrera.
Se muestra a favor, pero avisa: "... nos faltan datos, desconocemos sobre qué exposición de motivos y a partir de qué antecedentes se han elaborado estas propuestas sobre una materia de tanta trascendencia como la carrera militar, sobre la que conviene sobremanera buscar el acierto para que atraiga a los mejores".
Ello no explica, desde luego, la alarma expuesta, ayer en ABC, por el TGral Javier Pardo de Santayana y Coloma en orden a que se pudiera malinterpretarse en perjuicio de la justicia y del prestigio de los ejércitos, un mero titular del propio ABC sobre el citado Anteproyecto.
Un Anteproyecto que, efectivamente, profundiza en los mecanismos para evaluar objetivamente los meritos y capacidades, en línea con la superación del viejo conflicto de artilleros iniciada tras la guerra civil española y de la que D. Jorge Vigón diera cumplida cuenta en 1947.
No en vano este Anteproyecto supone la continuación del impulso de dignificación de la profesión militar en una sociedad abierta regida como democracia avanzada que liderara, pese a incomprensiones e ignorancias a derecha e izquierda el TGral. D. Manuel José Gutiérrez Mellado .
En 2006, la España que es y será no puede consentirse el fomento de miles gloriosus a los que se les pueda meter goles del calibre del logrado para la pequeña historia patria por el redactor del pretendida loa al Generalisimo que todavía se puede leer en los paramentos de la Catedral de Salamanca: Francisco Franco, Miles Gloriosus Hispaniae. Vitor. Son muchas las generaciones de lectores de Plauto que la ríen, a pesar de que -¡ay!- mis correligionarios casi han logrado el objetivo de la consigna "Menos latín y más deporte" librada por D. José Solís, ilustre egrabense ministro del Movimiento -que tuvo origen ciertamente cívico- bajo el Caudillo.
Los militares españoles del siglo XXI- y los políticos que los gobiernen- deberán saber, tal vez no buenos latines, pero si, por ejemplo, que es el concepto de shock and awe, cuáles son las implicaciones políticas, económicas y tecnológicas del mismo en su aplicación estratégica y operacional... y, sobre todo, deberán apreciar sus limitaciones, para no incurrir en errores en su empleo práctico, como ha sucedido en Irak, y en su uso académico, como suele suceder en todas partes.
Para ello, con un diseño realista de carrera profesional, los militares españoles deben contar con los instrumentos prácticos que sólo se pueden desrrollar con el empleo de los métodos generales de análisis crítico y el valor responsablemente individualizado. Métodos y valor estos ausentes, pese a que se proclame lo contrario, en nuestras Universidades a derecha e izquierda. Por ello, ¡Viva Cartagena!, ha sido mala decisión si se quiere atraer a los mejores a la carrera de las armas, el haber cedido a las presiones de nuestros magníficos rectores y sus claustros y no haber fundado en esta ocasión la tan necesaria Universidad de las Fuerzas Armadas o, mejor, de la Defensa Nacional en España.
A algunos, siguiendo el ejemplo de El Guti, nos queda porfiar en nuestro trabajo - que no es lo mismo que hacer uso "ostentóreo" de la plaza profesional públicamente lograda- para, al menos, merecer detenernos e inclinar la cabeza, con todo el respeto que nos merece Eloy Gonzalo, cada vez que pasemos ante Cascorro.
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Estoy casi seguro que Eloy Gonzalo, héroe de Cascorro, estaría más de acuerdo con el comentario Banderas que con el exabrupto Michael Moore con clase, redactados ambos a propósito de la última película de Clint Eastwood que describe la vivencia de los marines en la batalla de Iwo Jima.
Por propia experiencia, y dado el tono y la argumentación ideológica de su crítica, deduzco que el autor del exabrupto, Álvaro Martín, no ha estado bajo el fuego ni de coña.
In memoriam, Jack Palance, actor estadounidense de origen ucraniano, el teniente Costa de la gran película "Attack!", de Robert Aldrich, fallecido el 11 de noviembre pasado. Gran necrológica, Guerra Eterna.
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