9/16/2008

Defensa en el Parlamento. Wellington es a Petraeus como Napoleón a...


Yo sé que el bueno de Florentino Portero no gusta de espadones. Pero su elogio en ABC a Petraeus se titula de tal modo que algunos se pueden confundir: Un general providencial.

Providencial es lo propio de la providencia, por antonomasia, lo divino. El castellano, aquí, lleva a confundir poder humano con divinidad: los jueces no se equivocan (mucho), los gestores de compañías aéreas no se equivocan (mucho) y los caudillos lo son por la gracia de Dios.

Antes al contrario, Petraeus, como Mattis, es producto de una organización responsable, con capacidad de crítica -no la "autocrítica" dirigida tan del gusto de los comunistas- y de cambio.

La cosa tiene tradición. Como refleja Andrew Roberts en su no exento de malicia aunque delicioso estudio Napoleón y Wellington (Granada: Almed: 2008; orig. inglés 2001):

"Wellington siempre estuvo obligado a ser más preciso en cuanto al despliegue de sus hombres. Como más tarde se quejó, Napoleón podía permitirse el lujo de perder un cuerpo de ejército entero y seguir en el trono, pero si él hubiera perdido innecesariamente quinientos hombres hubiese sido llamado ante el estrado de la Casa de los Comunes para dar todo tipo de explicaciones. El que Napoleón no tuviera que excusarse ante ninguna institución representativa le permitió exponer la vida de más de un millón y medio de soldados suyos y aliados durante los once años de su reinado. Se padecía su dictadura tanto por lo que hacía como por lo que se le dejaba hacer" (pg. 55).

Conviene señalar que Napoleón, como otros caudillos civiles y militares que desde entonces han sido, era bajito y con afición a grandes fastos familiares o de partido. Wellington, "general cipayo", por contra, medía casi 6 pies y en cosas de familia y de partido fue discreto, muy discreto.

Se le olvida a Florentino que antes, durante y después de asumir el mando de las tropas combatientes como generales, Petraeus -y Mattis, y todos- son examinados por el Senado. Wellington fue examinado por los Comunes -y aún por los Lores- por si tuvo alguna responsabilidad en el Convenio de Cintra (1809).

Dicho esto, base del orden y de la conservación de los valores representativos libremente electos y, por tanto, democráticos, comunico al lector que:

1. Mañana, miércoles 17 a las 16:30 comparecencia sobre venta y control de armas en la Comisión de Defensa del Congreso de los Diputados, y

2. Pasado mañana, día 18 y el jueves 20, hay reunión "informal" de los ministros de Defensa de la OTAN en Londres.

Como bien saben los británicos desde los tiempos de Wellington, son las reuniones "informales" aquellas en las que se tratan los asuntos más importantes con seriedad. Por ello, también en ABC, leemos con suma atención La estrategia global y sus riesgos, del TCol. Pedro Baños, profesor de la Escuela Superior de las Fuerzas Armadas, quién alerta sobre la apertura de un "segundo Afganistán" en Pakistán, como si los "tán" no fueran lo mismo. No sé si el 11-M no nos señaló que la "yihad" es global y que quedarse en casa -o en el aula- no es solución... En asuntos locales, por ejemplo, ir a por ETA de verdad significa ir a Roma, a Burdeos, a Caracas... Los amigos del GEES preguntan por Georgia a Zapatero, dado que no tienen plaza en Génova, y entre los datos que aportan no figura la contribución de seguridad que, hoy, realiza nuestra Armada en los mares interiores de Europa....

Como quizá yo no tenga otros huevos que freir, le voy a preguntar al mentado Roberts, autor de la mejor biografía sobre Lord Halifax, The Holy Fox, y de Eminent Churchillians, por la misión del "general cipayo" vizconde Lord Molesworth en España hacia 1938...

En la foto, la remodelada Salamanca Square, en Hobart, capital de Tasmania (Australia), fundada como ya he contado aquí por los veteranos de Wellington vencedores de la batalla de los Arapiles (en inglés, "Battle of Salamanca") y de la de Waterloo. Mis ancestros "charros" cabalgaron a las órdenes de Wellington, me contaba mi abuela.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hay que luchar hasta el final, el cansancio y el hastío no son escusas, son elementos de los que alimenta la victoria. El Partido Demócrata, y la izquierda occidental en general, ha olvidado eso. Providencia también significa "Disposición que se toma en un lance sucedido, para componerlo o remediar el daño que pueda resultar". Petraeus llegó para enmendar los errores de Bush-Rumsfeld, y los errores y carencia de voluntad de lucha del resto, reflejados en el inefable "Informe Baker".

¿Riesgos? No, no, AMENAZAS. Se encuentra al enemigo y se le destruye ahí mismo. Lo demás son filigranas.