Manolo Penella, buen amigo, último secretario y biógrafo de Dionisio Ridruejo que es, ha escrito en ABC Un brindis por la señora Roosevelt.
Manolo es un liberal de los veros, no como los castizos del caballo de Espartero, sino como los que son así despectivamente llamados en EE.UU y que, gracias a Dios, existen.
Liberal tal fue la señora Roosevelt quién, junto a Harry Hopkins, ejerció benéfica influencia sobre su marido y presidente de los EE.UU.. No en vano la señora Roosevelt pugnó, entre miles de otros asuntos, para que los negros estadounidenses pudieran ser pilotos de combate en pie de igualdad con sus compatriotas blancos. , tras volar con ellos en Tuskegee Army Air Field
“She [Eleanor Roosevelt] told me, ‘I always heard Negroes couldn’t fly and I wondered if you’d mind taking me up’.... When we came back, she said, ‘Well, you can fly all right.’ I’m positive that when she went home, she said, ‘Franklin, I flew with those boys down there, and you’re going to have to do something about it.’”— C. Alfred Anderson -
Penella rememora la fundada y realista tozudez de la ya entonces viuda por conseguir que el texto de la Declaración Universal de los Derechos Humanos a aprobar en la Asamblea General de las Naciones Unidas del 10 de diciembre de 1948 se mantuviera en sus estrictos términos, sin más componenda. Así, comenta Penella: "La largamente cultivada creencia de que somos hijos de Dios, y por lo tanto hermanos, reaparece aquí en una depurada versión laica, ya imposible de burlar sin caer en la barbarie".
Y añade Penella: "Sólo siete países se opusieron: los cinco que dependían de Stalin, la Suráfrica del apartheid, empeñada en la defensa de los privilegios de la minoría blanca, y Arabia Saudí, empeñada en mantener a la mujer por debajo del hombre...". España, bajo el régimen de Franco, sea dicho todo, por aquel entonces no estaba presente en aquella votación... ni en la ONU...
Los ávidos de poder y dinero -al cabo, lo mismo en este mundo imperfecto, pero perfectible- tenderán a pactar con los boyardos de Putin o con los mandarines de la China continental estatutos de cooperación sin reparar en el respeto debido a los principios de dicha Declaración.
Dichos principios condujeron buena parte de los esfuerzos bélicos entre 1939 y 1945. Sin la defensa firme de dichos principios, la desaparición de la Unión Soviética hubiera sido imposible. En el olvido de esa defensa por nuestra parte anidan con todo éxito, Mugabes, Chaveses y Ahmedinayabes, como otrora lo hicieron Lenines, Hitleres y Perones.
Tanto, o más, peligrosos que todos estos son algunos maoistas conversos, sedicentes 'aparatistas' anti-OTAN , folkloristas armados y falangistas de sacristía que en nuestros lares se envuelven todos en las banderas de la libertad para negársela, desde la izquierda o desde la derecha, el centro o la periferia, a la mayoría... Maduros ya, han transformado las quimeras de su juventud en posiciones de poder ancladas en la insidia y en la impostura, tras aparentar haber aceptado los principios de la mentada Declaración que están incluídos en nuestra Constitución de 1978, que también blanden como espada...
Abordemos, pues, con el espíritu racional y humanista de la señora Roosevelt, el análisis y el seguimiento de la aplicación de las recomendaciones del Informe del Iraq Study Group, librado hoy.
Como quiera que las guerras continuarán, pronto se verá qué aprendemos de ello en España, nación deseable y amada en la que, "faltando negros y judíos", sólo parecen querer ser pilotos de combate algunos de quienes afirman en chiste malsano que "tenemos catalanes y otros amigos de Zapatero".
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