Dionisio Ridruejo está presente en mi memoria y en mi vivencia todos los días desde que, a finales de junio de 1975, mi tio falangista, compugnido, comentó la noticia de su muerte en su casa de Torrelavit, en la Cataluña profunda de la comarca del Penedés: "No comprendo -me dijo- por qué, siendo bueno y honrado, se hizo
rojo".
Manolo Penella, buen amigo, último secretario de Dionisio, vuelve a señalar hoy,
esta vez en ABC, la senda que marcó cara al futuro ese hombre entero nacido en El Burgo de Osma.
Ridruejo, el poeta, jamás dejó de ser un combatiente al modo de un Jorge Manrique con toques de Capitán Contreras y de Licenciado Vidriera. Sirvió a Franco hasta 1942, si, pero hacia 1962 asesoró al presidente Kennedy sobre la cosa española, (vid. infra.).
Fue a la cárcel por si mismo y en nombre de otros, acaso cobardes cuando no taimados. No fue un santo pero tampoco un demonio.
Hay un texto suyo en el que reclamó que no habría España completa si en Madrid no hubiera una librería catalana. Desde hace años, hoy frente al Círculo de Bellas Artes, hay una, oficial, propiedad de la Generalidad de Cataluña, en la que pese a ello nos nutrimos muchos.
El último de los castellanos viejos, el primer español de nuestros días, sigue incordiando; esto es, llamando a razón desde las razones del corazón.
No estuvo solo, no está solo.
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El informe que describió al régimen
EDUARDO MARTÍN DE POZUELO. Publicado en La Vanguardia 12/08/2005
El 17 de agosto de 1962 la Casa Blanca recibió desde su embajada en Madrid un informe en el que se presentaban a varias personas, todas ellas de la oposición franquista, que en opinión del ministro consejero de John F. Kennedy, Robert H. Mc-Bride, y por indicación de Enrique Tierno Galván - el político y sociólogo socialista que había sido procesado en 1957 por sus actividades políticas- sería conveniente que fueran invitadas a EE. UU. Entre ellas figuraba Dionisio Ridruejo, al que describían como un ex "ferviente falangista, conocido como el poeta de la Falange antes de que se volviera contra el régimen. Escribe bien - decían de él- pero en años recientes sus incesantes actividades de oposición le han dejado poco tiempo para nada más. Es el responsable de un pequeño partido socialista de izquierdas, el PSAD (Partido Social de Acción Democrática) y vive en el exilio".
Cuando Washington recibió la referida nota, Ridruejo ya era lo que entenderíamos coloquialmente como un viejo conocido de la Administración Kennedy, debido a que había sido el autor de un crudísimo informe sobre el franquismo recibido en la Casa Blanca el 10 de agosto anterior. La copia en español del texto de Ridruejo se guardaba en los archivos nacionales de EE. UU. adjunta a una nota en la que Arthur Schlesinger jr. Asistente Especial del presidente Kennedy, recomendaba su lectura. Leído hoy, el informe del poeta falangista es todavía el vivo retrato de una España que sólo quedó atrás a partir del 20 de noviembre de 1975. Escrita en lenguaje directo, claro y conciso, la nota confidencial de Ridruejo dice: "El Régimen español consiste fundamentalmente en una institución-persona. El dictador concentra todos los poderes del Estado, dirige el Partido único y ejerce el mando supremo de las Fuerzas Armadas. La opinión pública no interviene ni puede intervenir en ningún momento. Las otras instituciones son auxiliares y están sometidas y jerarquizadas. Las Cortes que auxilian al legislador no son representativas ni soberanas. Los hombres que las componen deben su nombramiento, directa o indirectamente, al dictador. El Consejo de Ministros funciona bajo la presidencia del dictador: sus miembros son nombrados y separados por su exclusiva decisión. El partido único consiste en una burocracia jerarquizada y bajo su dependencia los sindicatos son igualmente burocráticos y jerárquicos. Son jerárquicos por su propia naturaleza los tres ejércitos que controlan técnicamente las fuerzas armadas de policía y los tribunales especiales de represión política. El poder judicial que no controla esos tribunales, sufre una constante mediatización potencial".
Así comienza el texto de Dionisio Ridruejo y así describe al régimen de Franco, para el conocimiento preciso del Gobierno de los Estados Unidos. Más adelante, el poeta ex falangista, que fue voluntario en la División Azul y que se había convertido en feroz opositor a Franco y su montaje, actitud que le supuso a lo largo de su vida destierro (en Sant Cugat del Vallès, por ejemplo), encarcelamiento y exilio; arremete contra la corrupción y el fraude, pero especialmente contra la falta de libertades. "Las garantías individuales acordadas por la ley no incluyen el derecho de libre asociación política ni profesional, el derecho a la huelga, los de expresión, información, cátedra, ni prácticamente el de confesión religiosa, existiendo principios de discriminación religiosa a favor de los católicos. La enseñanza es obligatoriamente confesional en todos los grados y en todos ellos es obligatoria la enseñanza de los principios del Movimiento. Otras garantías como las de libre residencia o el derecho a no ser detenido más que por decreto judicial se suspenden con frecuencia y se violan regularmente. No hay recursos suficientes, ni derecho a la publicidad. La prensa y las actividades intelectuales están sometidas a censura".
Para Ridruejo la discriminación entre vencedores y vencidos de la Guerra Civil era una práctica evidente que aún se mantenía en aquella España de los años sesenta que pugnaba por ser reconocida internacionalmente y que se abría al turismo. De hecho, para el autor del informe, los cambios habidos desde 1939 eran más aparentes que reales y así se lo dijo a los norteamericanos: "Ninguno de estos aspectos ha cambiado formalmente desde 1939. Los cambios ocurridos en el Régimen son de hecho y se refieren a una cierta liberalización de métodos pero nada impide al dictador ejercer la plenitud de sus poderes y volver a una situación de rigor en cualquier momento". Frente a la situación descrita, en la que, no obstante, Ridruejo percibía un cierto cansancio del régimen más bien motivado "por la edad del dictador" y por la presión de algunos sectores económicos, el español exponía unas consideraciones en representación de la oposición democrática española. Así, anunciaba que debía "metodizarse el ejercicio de la oposición ilegal o clandestina" y también ejercer "presión social directa como huelgas, manifestaciones, ejercicios de resistencia civil pacífica y usos de medios de información clandestina". Ridruejo sostuvo que "en todo caso debía formalizarse un instrumento de gobierno capaz de ofrecer a España una alternativa pacífica y democrática, impidiendo que a la caída o muerte del dictador se cree un vacío político y hagan explosión las fuerzas de subversión extremistas o se reinstalen en el poder fuerzas reaccionarias del propio régimen". En esta línea, el documento hallado en Estados Unidos contiene los nombres personas o partidos que, a tenor de la nota de presentación que acompaña al escrito de Ridruejo, se consideraron necesarios que la Administración Kennedy tuviera en cuenta, y que se refieren a la reunión de españoles demócratas en Munich ante el Movimiento de Europa y que Franco y el franquismo bautizaron con miedo y desprecio como el contubernio de Munich."Participaron en dicha reunión - escribe Ridruejo- las dos fuerzas presumiblemente más importantes de la oposición democrática: Democracia Social Cristiana (Sr. Gil Robles) y el PSOE".
Tras la larga exposición inicial en la que describía al régimen, Ridruejo pasó al capítulo de peticiones para combatir al enemigo. Es decir, a enumerar las necesidades de la oposición que se podían satisfacer desde EE. UU. Así pues, decía, "la oposición democrática unificada necesita de socorros de toda especie" tales como "protección y reconocimientos oficiosos en el plano internacional; ayudas económicas y técnicas" que irían destinadas, entre otras cosas, a montar una emisora de radio libre que emitiera desde fuera de España para informar a los españoles. Esta cuestión obsesionaba al escritor pues su texto acaba subrayando que "en el momento actual no existen para el pueblo español otros medios informativos que los que el régimen monopoliza y la Radio Comunista de Praga".
Un hecho que en su opinión dejaba siempre al margen a la oposición democrática española no comunista, pues si los que aludían a hechos relacionados con las actividades políticas contrarias al régimen era los medios españoles, desinformaban, manipulando los datos y si la que informaba era la emisora de Praga, el asunto aparecía atribuido o interpretado "según la conveniencia" de los comunistas.
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