3/06/2009

Integral Transformation for Security and Defense Industry in Spain


Today, at infodefensa.com, my commentary


El modelo de adquisición y financiación de bienes y servicios para la Defensa, vigente desde mediados de los 80, ha llegado a su fin en España. Que ello coincida con la crisis general del modelo productivo español vigente desde aquellos años no es casualidad. En los respectivos rangos, la crisis es generadora de nuevas oportunidades ante el futuro.

Como bien señaló Bernabé Gutiérrez en Infodefensa.com: "La función del Gobierno y del Ministerio deber ser asistir, apoyar y colaborar con las empresas de defensa, no ‘darles de comer'". No es de recibo que la actividad de EADS en España tenga la tasa de beneficios anuales más baja de entre todas las divisiones de negocio de dicho conglomerado europeo. Navantia, cuya titularidad pública es del 100%, ha obtenido, por ejemplo, contratos de exportación con Australia en cooperación con Lockheed Martin Co. que son un modelo a seguir dentro de la programación estratégica de las empresas españolas.

El sector Seguridad y Defensa en España está hoy desorientado

El ciclo de Planificación para la Defensa está siendo prudentemente reformado desde que se emitió la POCAM por parte del Estado Mayor de la Defensa y se reordenó el trabajo en el seno de la DIGAM hará dos años. Pero con ser ello bueno, el objetivo de lograr una mayor y más fiable eficiencia (accountability) del sector se ha confirmado en el entorno internacional.

En este periodo, el Departamento de Defensa de los EEUU ha iniciado una reforma práctica, muy orientada a proveer de los medios necesarios a sus Fuerzas Armadas en los plazos más breves posibles y con una mejor gestión para abaratar costes. La operatividad es la prueba de la eficiencia y en EEUU el esfuerzo en tal sentido se va a incrementar en medio de la crisis general. No por casualidad, el secretario Gates ha permanecido en su puesto tras la toma de posesión de la Administración Obama.

En España, como se está empezando a hacer en EEUU y otras naciones aliadas, los programas en curso deberán ser revisados. Se deberá favorecer aquellos que permitan cubrir requerimientos operativos necesarios y urgentes mediante procesos de I+D, producción y mantenimiento ejecutados ‘en espiral'. Todas las empresas del sector presentes en España, grandes o pequeñas, deben adoptar estrategias abiertas para ser capaces de adaptarse a la nueva realidad. En el proceso de cambio de gestión que ha sufrido la división ‘española' de EADS, sus directivos y las empresas subcontratistas españolas han podido darse cuenta de que el futuro pasa por una mejor y más flexible organización para dotarse de mejores capacidades y alternativas de negocio. La dependencia de la subvención pública y a largo plazo, directa o indirecta, no ha de ser el medio de subsistencia de las empresas del sector.

El sector Seguridad y Defensa orientado hacia el futuro

Dicho de otro modo, la demanda militar del Estado en España se formulará de una forma más parecida a la que busca cubrir el Ministerio del Interior y otras entidades públicas que necesitan de resultados positivos día a día.

No en vano, las amenazas y los ataques que sufrimos los países miembros de la OTAN y de la Unión Europea obligan a adoptar estrategias -también dentro de las empresas- que tengan como principales características el "enfoque integral" y la "rápida respuesta a la demanda". Cruzando los Pirineos, las empresas y la DGA de Francia están actuando ya conforme a esas características, perdiendo rigidez y, acaso paradójicamente, ganando con ello seguridad en sus perspectivas de negocio y de refuerzo de poder nacional.

Servir a las necesidades operativas ad hoc de las propias Fuerzas Armadas en las misiones en curso es la garantía para lograr contratos de exportación. Regresando al caso de Navantia, su saber cómo o know-how es su principal valor para la obtención de futuros contratos, se ejecuten o no en los propios astilleros. Muchas de las empresas líderes y subcontratistas españolas -tal es el caso de Indra- saben, además, que su tasa de beneficios depende mucho de saber cómo integrar productos, dónde producir y cómo atender demandas civiles y militares que usan de las mismas tecnologías y de los mismos códigos propietarios.

Las empresas del sector están conociendo las convulsiones propias del fin de época y de la crisis generalizada en la economía global. En España, de formularse mejor la demanda militar, integrando dicha formulación en la elaboración de la anunciada Estrategia Nacional de Seguridad, tendremos mejores perspectivas. La clave de la supervivencia y de la obtención de beneficios estables estará en la competencia y en la competitividad, cualidades a aplicar dentro y fuera del mercado nacional.

Desde luego no se ha de perder la seguridad financiera que otorgan los llamados "créditos de Industria". Tal vez se trate más de ejecutar una reordenación de las prioridades anteponiendo a todo el sostenimiento y la mejora de las capacidades operativas de nuestras Fuerzas Armadas. Los más pragmáticos de los empresarios que operan en España, buscando cubrir la demanda militar en el seno de la OTAN y de la Unión Europea, ya han vaciado los contenidos de un texto en apariencia muy teórico Conflict in the 21st Century. The Rising of Hybrid Wars, publicado por Frank Hoffman en diciembre de 2007. No por casualidad dicho texto es desarrollo de las ideas aportadas en 2005 por el autor junto al hoy jefe del Mando de Transformación de la OTAN, teniente general James L. Mattis.

Tengan la seguridad de que su contenido prefigura la demanda que el nuevo Concepto Estratégico que se establecerá a partir de la inminente Cumbre de la OTAN. Esta se celebrará los días 3 y 4 de abril en Baden-Baden, Kehl y Estrasburgo, ciudades vecinas de ambas orillas del Rin. Los off-the-record más fiables sobre la crisis desatada por EADS en España vinculan ésta con las conclusiones que nuestros socios y aliados franceses y alemanes sacaron de la lectura de dicho texto...

* Jorge Aspizua Turrión es analista de Defensa y vocal de la Asociación Atlántica Española.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Tienes razón, hay que reconsiderar los acyuales "programas principales". De verdad necesitamos 87 EF-2000 cuando vamos a dar de baja sólo 40 Mirage F1?, o la desorbitada cifra de 27 A400M que al final no van a ser capaces de trasportar las 30 tn a más de 500 km?. ¿Necesita España 4 submarinos?.

De los terrestres se puede ahorrar poco, que Santa Bárbara tiene ya fabricadas todas las barazas de los Leo aunque son tan inútiles que van a tardar 3 años en terminarlos. Si acaso podríamos venderlos a otro país, aunque eso de vender tanques tiene poco talante.

Si reducimos esos programas podríamos sacar más de 5.000 millones de euros que serían muy útiles para las auténticas necesidades de las FAS