9/24/2008

Estrategia y enfoque integral en los EE.UU. Los "navales" explican lo que pasa y pasará

Hubo un tiempo, no hace tanto, que FDR, presidente de los EE.UU., empezó a dar charlas todos los sábados por radio, para que el pueblo supiera directamente de sus intenciones. Todos sus sucesores han hecho lo propio.

Eran los días de intervención en los mercados que habían demostrado tanta competencia que habían arrastrado a muchos buenos trabajadores y a muchos buenos empresarios a la desesperación. Se diseñaban y aplicaban planes de obras públicas -hoy, aún degradada por la falta de mantenimiento los últimos 40 años, ahí esta la regulación de la cuenca del Mississippi- y, sobre todo, se daba a los ciudadanos la oportundad de buscarse la vida, individual y colectivamente. La señora Roosevelt apoyó decisivamente a su marido.

Eran los días en los que, por orden de FDR, un tal Harry Hopkins iniciaba un proceso de negociación colectiva a nivel nacional, modelo de concertación social que a partir de 1945 se implantaría en Europa, en España exáctamente en 1977.

Eran los días en los que FDR mantuvo las libertades públicas -incluida la de expresión en su contra- y aún promovió su ampliacion y protección por el Congreso, el Senado y, sobre todo, por el Tribunal Supremo. Ello no impidió que, a partir de 1938, el gobierno empezara a reformar y reforzar a sus Fuerzas Armadas. La señora Roosevelt aprovechó mucho el tiempo: hasta los negros pudieron optar a ser pilotos de combate.

Cuento esto porque FDR había sido Secretario de Marina y hoy los tres servicios marítimos de los EE.UU. tienen una estrategia común por primera vez en su historia A Cooperative Strategy for 21st Century Seapower ya tratada aquí.

Y lo cuento porque los marinos, los 'marines' y los guardias costeros, en comandita "los navales", están explicando los contenidos de dicha estrategia al pueblo a través de la radio y de internet. Incluso fuera de los EE.UU. podemos mirar y oir lo que dicen. A FDR le oían en Berlín, Roma, Moscú y Tokio y pero no quisieron ver ni escuchar. Hay una novela de Kurt Vonnegut que explica parte del juego, dentro mismo de Berlin; se titula: Mother Night (1961) y hay película (1996).

Los tiempos son muy distintos hoy, o no que diría Don Mariano.

Ignoro si hay un Harry Hopkins hoy. Tal vez es una persona, tal vez es la suma de varios colectivos. En lo defensivo y militar, en el plano superior, Gates ha emitido la National Defense Strategy y, por abajo, el USMC ha decidido adoptar el concepto de 'guerras híbridas'. Pero tengo muy claro que, cuando el Reino Unido estaba solo en 1940, Harry Hopkins enlazó en Lisboa con un avión con destino a Londres. En dicho avión viajaba también, oh casualidad, Alcázar de Velasco, nazi español al servicio de Berlín entonces, de El Cairo junto a los soviéticos muchos años después...

Harry Hopkins negoció y, permítanme recordarlo aquí otra vez, cuando FDR obtuvo los votos necesarios para instituir la Ley de Préstamos y Arriendos en favor del Reino Unido, la Commonwealth y de los cuatro locos que quisieran combatir, Harry Hopkins voló nuevamente a Londres. La cosa incluía aviones y buques destructores de escolta antisubmarina. Al darle la noticia a Churchill, citando Libro de Ruth, le confirmó “Dondequiera que vayais, yo iré. Y dondequiera que habitéis, yo habitaré; tu pueblo será mi pueblo, y tu Dios mi Dios”, y en voz baja Harry Hopkins añadió: “Incluso hasta el final”.

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