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Cuando la flecha está en el arco, tiene que partir. Con tal título, Rafael Sánchez Ferlosio, uno de los hijos del "falangista-pecuniario" Sánchez Mazas, escribió en Claves de razón práctica, (ISSN 1130-3689, Nº 1, 1990 , pags. 2-17) un denso ensayo en el que hizo gala de su mejor capacidad para mantener desde posiciones, digamos, de "izquierda" cierta visión crítica sobre los militares y la guerra.
Dicho texto fue canonizado en su primera versión, ya en 1989, por quienes todavía controlan la disciplina de la Ética en nuestra vetusta Academia de las Letras.
Curiosamente, ni unos ni el otro –en este caso, dudo, dado el transfondo fascista del personaje- quisieron caer en la cuenta de que, en su máximo nivel facultativo, venían a dar la razón a quienes procuraban evitar todo desarrollo de capacidades militares efectivas, no sólo en España sino en todo el Occidente democrático, de acuerdo con principios muy pragmáticos a derecha y a izquierda.
Pues conviene, para estos diestros y para aquellos siniestros, tener mala fuerza armada y, menos que ella, verdadero aliento popular a la función y la profesión militar. Los grandes programas de armamento no conllevan tener la flecha dispuesta, pese a la común de las percepciones, y el empleo de la fuerza queda por tanto limitado al control social y político interior, renunciando a lo que se considera siempre -por estos figuras- como aventura: la acción militar abierta en el exterior.
Ciñéndonos al caso de España, tales aportaciones de la Ética vinieron a culminar prácticas y justificar doctrinas que emanaron de las generaciones de militares por oficio que se formaron durante la Guerra Civil y la inmediata post-guerra y que, contestadas por los más jóvenes, fueron felizmente encauzadas ante el inicio de la Transición.
El hecho cierto es que las prédicas sobre milicia y democracia que uno estudió y de las que incluso participó en su mocedad dieron buenos resultados a corto y medio plazo. No estrictamente en el ámbito castrense, sino en el ideológico y partidista, fueron puestas en duda a partir de mediados de los años 80, con especial incidencia en los años del “aznarato”, por un puñado de jóvenes civiles de los que hoy FAES/GEES es reducto.
¿Por qué digo esto, sin documentar?: pues, ciertamente, por que lo he vivido desde que en 1986-1988 cursé estudios de postgrado en la Fundación Ortega y Gasset.
El caso es, por seguir los jalones castrenses, que las gentes formadas en las promociones L a LX de la AGM se han beneficiado de todo ello y, sobre todo, han vivido el mundo tal como es hoy, ni siquiera tal como era hace casi 20 años.
En el caso de los militares de la L a LX, flechas tensadas en el arco de las llamadas operaciones de paz, estos no tienen ya capacidad de imponer sus soluciones corporativas a gestores políticos bien educados, a izquierda y a derecha. Sus Mandos –los citados de las promociones XX a XXX de la AGM- saben muy bien que los cambios en el sector Seguridad y Defensa deben de ser acometidos siempre con tino.
Lo que vengo aquí a decir, implicando listados enormes de nombres, empezando por FAES/GEES, es que el “idealismo civil” durante el “aznarato” evitó iniciar reformas sobre lo ya reformado, induciendo a una verdadera “contrarreforma” sin objetivo de futuro, que lastra hoy. Y lastra mucho en la necesaria adaptación -civil y militar- frente a las nuevas caras de conflicto interno e internacional en España mediante la definición de un “enfoque integral” para establecer una realista y sensata Estrategia Nacional de Seguridad.
Pues no en vano, los equivalentes generacionales de las dichas L a LX promociones de la AGM todavía no han alcanzado el poder entre 2004-2008 en todas las instancias civiles, públicas o privadas, desplazando a la mayoría de sus mayores.
Los que, en el ámbito civil, equivalemos a los de las XXI a XXIX, estamos más cerca del fuera de juego que todos estos, precisamente porque los mejores y/o más avispados de los “nuestros” disfrutan del poder… ZP, por ejemplo, con varios caballos de distancia sobre los "ñúes" perseguidores.
La paradoja está en que los mejores civiles y militares de las promociones L a LX ya empujan sin olvidar lo propio pasado y sin dejar de atender lo futuro extraño por afrontar. Y no es casualidad que en el Partido Popular y en la milicia las tensiones emergentes empiecen a ser dignas de estudio…
Sanchez Ferlosio y sus seguidores poco pueden más que decir. Tal vez un cráneo vivo como el viejísimo de Fraga, resto "civil" equivalente de la I a la V promoción, tenga algo interesante todavía que decir... si no le acallan los ya no tan jóvenes en la derecha "ideológico-pecuniaria" españolista.
P.S. Hoy domingo, según portada de EL País, Teniente General Andrés Cassinello “Algunas cosas es mejor que no se sepan”, declaraciones de un leal servidor de todos los españoles... sus memorias están redactadas desde hace diez años. De niño, huérfano de un "asesinado nacional" en guerra civil española, había leído la descripción de cómo se diluyó la División Salvaje en la guerra civil rusa...
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