Tras el Aberri Eguna, comentado aquí, el diputado por Palencia del PP Ignacio Cosidó afina el tiro en su Ofensiva de ETA, derrota de ETA.
El criminal Leónidas Brézhnev sustituyó el Gulag por el confinamiento de todo disidente en hospitales psiquiátricos. Ello inhabilitó a cualquier demócrata -de izquierdas o de derechas- a poder declarar que no faltan locos en política.
Cosidó, lejos de estar loco, es un interlocutor válido en éste y otros asuntos. El problema son los locos por el dinero que reporta la persistencia de ETA y su infernal influjo en la política española.
Algo, a la postre, tendríamos que haber aprendido de la Historia de Rusia, tan llena de "nihilistas", ayer y hoy.
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