Aprovechando que los isidros campan en Madrid, escribo desde Cataluña remitiendo a sendos textos públicos editados hoy 15 de mayo en el Principado.
El primero, de Tribuna Catalana: Renou de sabres (Ruido de sables), que citando su fuente anota, "El col.lectiu Coronel Macià insisteix en què les possibilitats colpistes contra les suposades ambicions secessionistes de catalans i bascos avui pràcticament són fora de les intencions d’uns militars escalivats alguns d’ells en la seva joventut amb el 23-F, i per les noves generacions, el franquisme i el colpisme els sona al passat tronat", y
El segundo, de Avui: Losantos critica la “traïció” del rei amb ETA, donde se subtitula "El polèmic locutor de la cadena COPE Federico Jiménez Losantos va criticar ahir amb duresa el paper del rei d’Espanya, Joan Carles I, amb relació a la situació política espanyola".
Residiendo la soberanía española en todas y en cada una de las personas que gozamos de nuestra nacionalidad y derechos de ciudadanía, sólo tengo que comentar que ya es hora de dejar de confundir a Dios con el César y de jugar a que viene el coco.
No es extraño que tales cosas se escriban y se digan en un país en el que se da la mayor cancha mediática al novio de la Pantoja cuando compara lo suyo con lo del criminal De Juana.
Pero dejando por ahora aparte las sandeces de los malayos y sus palmeros, resulta que el coste de oportunidad que implicarían las opciones "serbias" es tan negativo como el que supondrían las opciones "eslovenas".
De hecho, sería el mismo.
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La España que es está a otras cosas.
No sólo, que también, a cuidar de los hijos y de los nietos: así, Luis Solana en La compra de unos misiles anota sus apreciaciones sobre la adquisición de los Tomahawk por parte de la Armada española, también tratada en las anteriores dos entradas (1 y 2) de este minarete personal.
Gracias, Luis; comparto plenamente tu proposición final: "por la Seguridad de España y sus ciudadanos yo acepto que hay que incurrir en gastos de Defensa, pero el Gobierno está obligado a explicar de qué amenazas posibles nos defienden esos esfuerzos presupuestarios".
Pero, añado que echo de menos, también, papeles como el firmado por Bardají y Cosidó, hoy beneméritos neocon, y titulado España y su Defensa en 1995, aunque sólo sea para evaluar qué se hicieron de sus apreciaciones y de sus propuestas tras servir a Eduardo Serra y a Federico Trillo bajo los mandatos de Aznar.
Mejor, si es para incentivar el logro del siempre necesario acuerdo de bases sobre tal materia.
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