11/20/2006

Desde el otro lado del Edén: guerras y paces

Para 1940, aprovechando el empantanamiento italiano en Albania frente a Grecia, el gobierno británico soñó con la posibilidad de establecer una alianza balcánica, que comprendiera a Yugoslavia y Turquía, contra las pretensiones del Eje en la Europa Sudoriental.

La "estrategia mediterránea" de Churchill -que tan gran éxito tuvo en la Europa Suroccidental durante toda la guerra- fracasó por su fricción -al cabo, mediando medios militares- con la "estrategia periférica" que los "austriacos" de Alto Mando alemán lograron imponer como garantía adicional ante los planes de invasión de la URSS.

En el interín, "Eden se había prendado manifiestamente de la idea de sorprender al mundo con una gran alianza, uno de esos golpes de efecto con los que sueñan los diplomáticos. Pero al igual que contar por <>, como hacía Churchill, esas ilusiones pertenecían ya al pasado" (Anthony Beevor. Creta. La batalla y la resistencia (Barcelona: Crítica/Booklet: 2006; pág. 35)

Leyendo los textos del españolista Zarzalejos El desplome exterior de España, publicado ayer en ABC, y del catalanista David Bajona La incapacitat de l’administració Zapatero en política exterior, del pasado día 15 de los corrientes, uno se siente tentado a establecer comparaciones, a distinta escala eso sí, entre la gestión de Moratinos hoy y la de Anthony Eden en su tiempo.

Eden fue, a la postre, el elegante caballero que informó sucesivos desastres británicos entre 1935 y 1956, fecha esta última en que, como premier, le cupo el dudoso honor de liderar el desastre de Suez. Como nuestro canciller, gustaba catar vinos franceses.

De establecer esa comparación, empero, servidor tendría que señalar que Bush, Blair y, especialmente, Aznar cayeron en el mismo error de un Churchill en su peor faceta. Con poder militar puro y duro no se gana ninguna guerra, menos una guerra a librar, no sólo contra Estados, sino contra ideologías asentadas en sentimientos populares bien alimentados por elites que no dudan en manipular todos los factores de conflictos que tienen mucho de psicológico.

El riesgo en Irak hoy para Occidente no es que esa campaña pueda derivar en otro Vietnam, a la postre una derrota estratégica en un área secundaria, sino que se convierta en un Suez ribeteado por la práctica afgana de los islamistas de las franquicias de Al Qaeda.

El riesgo a largo plazo a que nos somete la guerra que nos han declarado esas franquicias y las paralelas establecidas por Irán, es el que derivaría de seguir insistiendo en que sólo hay una solución militar convencional a la misma.

Pero, para desdicha de quienes consideren que la tierra puede ser un edén, aunque sólo sea para obtener réditos a corto plazo, cabe recordar que el mero sostenimiento de las democracias donde estas existan exigirá también que el poder militar sea inteligentemente empleado contra los terroristas agresores, estén dentro o fuera de los diversos territorios de los Estados.

Por ello, merece una seria meditación lo publicado hoy por el diario El País, La Ley de la Carrera Militar atribuye poderes policiales a unidades del Ejército.

En España, hoy, sólo ETA y quienes la sostienen, beneficiándose de ello, creen que el Ejército español es pretoriano.

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