11/19/2006

Seguridad Integral en democracia: "no al desastre"


Leemos la pieza Buenismo y seguridad ciudadana, debida a Ignacio Cosidó, que se abre con las siguientes afirmaciones:

"Es un hecho estadísticamente probado que la delincuencia aumenta cuando gobierna la izquierda. Durante los gobiernos de Felipe González, el número de delitos se multiplicó por tres en España. Ahora, el Gobierno de Rodríguez Zapatero nos ha vuelto a situar en una senda de crecimiento rápido de la delincuencia, a pesar de que la herencia que recibió de los gobiernos del Partido Popular fue una importante reducción en el número de delitos en los años 2003 y 2004".

El resto del texto refleja perfectamente las tesis sostenidas ayer día 18 de noviembre durante la conferencia del PP "Más seguridad, mejor convivencia". Ello da a pensar que Cosidó, senador electo por la provincia de Palencia y consejero aúlico de Aznar, ha tenido que ver mucho con su preparación y ejecución, así como con la elaboración del documento de conclusiones LAS 200 PROPUESTAS DEL PP SOBRE SEGURIDAD.

Esas doscientas propuestas recogen muchas afirmaciones obvias, no pocas medidas útiles, demasiados lugares comunes y, sobre todo, bastantes declaraciones de intención. Será estudiado, no me cabe duda, con mucho detenimiento.

Desgraciadamente, las afirmaciones bajo la firma de Cosidó son verdad... a medias.

En 2002, la Revista Fuentes Estadísticas publicó el artículo Víctimas de la actividad criminal, debido a Diego Valenzuela Ratia, entonces Director de Programas Estadísticos de la Secretaría General Técnica del Ministerio del Interior. En él podemos leer las siguientes afirmaciones:

"La delincuencia conocida alcanza, en el año 2001, el mayor crecimiento desde hace 18 años. En relación al año 2000 crecen los delitos un 10% y las faltas un 10,85%, aunque la incidencia del aumento es en los delitos y faltas contra el patrimonio y el orden socioeconòmico, tales como hurtos, estafas, robos con fuerza en las cosas, robos con violencia o intimidación, apropiación indebida, etc., sin embargo, los atracos a bancos disminuyen (4%).

El resto del espectro penal prácticamente repite lo sucedido el año anterior, con variaciones tales como: el aumento de los homicidios dolosos (5.65%) y el tráfico de drogas (4.91%) y la disminución de los asesinatos (14.29%), las violaciones (0.63%) y las lesiones y malos tratos (3.33%).

En cuanto a los detenidos, alcanzan un volumen total de 313.956, un 3.52% más que el año 2000, de los que 116.139 eran extranjeros, el 37%, aunque hay que apresurarse a matizar que casi la mitad (44.139) son detenidos por encontrarse en situación irregular en suelo español y no se les acusa de la comisión de ninguna infracción penal. Los detenidos menores de 18 años disminuyen un 2.26% en el año 2001".

Desconocemos, cuando se redacta esta nota, cómo se bajaron los índices de criminalidad reflejados estadísticamente según Cosidó entre los años 2002 a 2004, pero resulta evidente que los facultativos del ministerio del Interior no suelen mentir en sus apreciaciones profesionales.

En materia de Seguridad Integral para los ciudadanos españoles, la confianza sólo puede nacer del rigor en el empleo y análisis de los datos, no de particulares buenismos sesgados a favor de unos u otros responsables de la gestión política de la misma.

Cosido, que sirviera entre 1996 y 2004 como jefe del gabinete del Director General de la Guardia Civil, no debería manejar datos corrientes sino criterios constantes. Aún compartiendo, como este servidor comparte, buena parte de su enfoque, la reducción en dicho periodo del número de guardias civiles y policias en activo se contradice con la propuesta que se convierte en titular a propósito de la citada conferencia del PP: El PP promete poner 30.000 nuevos agentes en las calles para superar el "bienio negro de la inseguridad".

Ignoramos si Cosidó está en la lista de desconfianza por exclusión de Ángel Acebes recogida bajo el titular Exige una "revisión de la investigación" del 11-M en Interior de 4 de septiembre pasado:

"Respecto a la responsabilidad del PP en el nombramiento o la sustitución de cargos policiales que podrían estar implicados en la trama (del 11-M), Acebes indicó que él, como ministro del Interior, se encargó de nombrar "a dos o tres altos cargos". "A partir de ahí son más de cien mil mujeres y hombres" en las fuerzas de seguridad del Estado. "Puede haber algunos que tengan comportamientos irregulares y veremos si delictivos", indicó".

Curiosamente, uno de los dos o tres altos cargos nombrados por Acebes, figura principal en la comentada conferencia, Astarloa, reiteró en la misma "Habrá que restaurar este desastre"

Curiosamente, desastre fue el término que, en su comparecencia ante la Comisión de Investigación del 11-M en el Congreso de los Diputados, el dicho Astarloa empleó para calificar toda la gestión inmediatamente posterior a la comisión de esos crímenes.

Hemos de convenir, mi querido Ignacio, que de cara al futuro de la Seguridad Integral de todos los españoles hay que trabajar para cumplir una sola consigna: "No al desastre".

***

Este servidor ha terminado de leer el libro de Enrique Rodríguez Galindo. Mi vida contra ETA. La lucha antiterrorista desde el cuartel de Inchaurrondo (Barcelona: Planeta: 2006).

Sobre muchos asuntos de un pasado que es nuestro presente, Galindo da su visión y sus pistas.

Al margen de la utilidad de las mismas en las peleas de gallos, gallitos y pollitos en las que tantos andan metidos, servidor llama la atención sobre el diálogo entre el propio Galindo y su colaborador Eduardo inserto en las páginas 485 a 489 del libro citado.

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