Me cuentan que los chinos prefieren los locales con buenos sótanos. Instalan su negocio y aprovechan la infraestructura para disponer de "espacio vital" en condiciones que la mayoría de los españoles desdeñan. Se hacen visibles cuando quieren, invisibles cuando les place. Servidor, vive como un chino.
Por ello no puedo dejar de reseñar los sendos artículos que El País ha dedicado a Vicente Guallart arquitecto valenciano afincado en Barcelona : Bienvenido a la casa digital, el pasado lunes y Los fuegos artificiales han llegado a su fin, el sábado anterior en el suplemento cultural Babelia.
Guallart diseña viviendas y este es su último concepto: "Cada vivienda tendrá un objeto al que llamamos Ordenador cero que nos permitirá visualizar cómo cada vez que interactuamos con un objeto lo hacemos con una organización jerárquica superior. Por ejemplo, si encendemos una bombilla, nos conectamos con una central nuclear; si cogemos un libro, con la Biblioteca de París. La arquitectura y la ciudad están organizadas de una manera jerárquica a base de redes de cosas y hay que ver cómo la información se hibrida con el mundo. Y con la idea clara de que hay que generar estructuras autosuficientes".
Ignoro si Guallart leyó los informes sobre reducción de consumos energéticos del Departamento de Defensa, especialmente en las Bases y Posiciones Avanzadas estadounidenses en el exterior, realizados por el US Army Corps of Engineers. Esos informes son la base del actual discurso político sobre la necesidad de cambio de cultura en consumo energético dentro de los EE.UU., contando con los matizes entre McCain y Obama. También en la National Defense Strategy, tan mentada aqui estos días, se insiste especialmente en ello en su página 16.
Como hace veinte años, la amenaza contra los usuarios de bombillas, de calefacción/aire acondicionado y de vehículos de turismo suele tener efectos políticos notables; así, Irán amenaza con sabotear el tráfico marítimo de petróleo. Irán ya buscó, usando de minas submarinas y ataques de Fuerzas Especiales, el cierre del Estrecho de Ormuz en 1988, antesala de las actuales guerras, que son "eternas" e "híbridas".
Otros "cuellos" clave son: Panamá, Gibraltar, Dardanelos, Suez, Adén y Malaca.
Guallart puede estar o no en lo cierto en su visión de la arquitectura, pero tomen nota de esta verdad que proclamó en el mentado artículo de Babelia: "El I+D es inexistente. Cero en turismo y construcción. La próxima generación tiene que contar con barrios autosuficientes que generen el 100% de la energía que consuman. Ahora mismo no se puede hacer porque los suministros están bloqueados por estructuras económicas del pasado".
Si esta es la realidad en los sectores de los que vivimos en España -que lo es- ¿cuál es la situación en otros sectores como los relacionados con la Seguridad y la Defensa?.
En España, a fuerza de compartimentos estancos, de carácter territorial, corporativo y jurisdiccional, estamos dejando todo al albur de la "mano invisible". El problema es que son otras "manos" muy bien integradas y reconocibles las que van tomando decisiones por nosotros. En el Estrecho de Gibraltar -más de 85.000 buques en tránsito al año- estas decisiones son ya evidentes. Hay intereses españoles ya instalados al Sur de Tarifa, pero también están, entre otros muchos, los chinos...
En la imagen, impresión artística de lo que será el actual Viejo Puerto de Tánger, a los pies de la ciudad, tras su remodelación. El nuevo Puerto de Tánger-Mediterráneo, de carga comercial pesada, frente a Algeciras, no lejos de Perejil, ya funciona desde julio de 2007 y sus infraestructuras avanzan para cuando Marruecos derogue las tasas de importación y exportación en 2010. Las grúas de Tánger-Mediterráneo están manufacturadas en China continental..
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