Estrategia Española de Seguridad... Moncloa, cruce Ferraz / Génova

Se acerca el Dia D y la Hora H para el inicio de la definición de una Estrategia Española de Seguridad, que así se puede llegar a llamar.

Está previsto que Francia emita la suya pronto, tras haber sido consultada formal e informalmente desde el 14 de julio pasado con todos los actores interesados dentro del hexágono.

Junto a la anterior del Reino Unido, tales presentanciones hacen evidente una realidad: tanto la OTAN como la UE ampliadas han favorecido el retorno a las estrategias nacionales.

En el caso francés, viene siendo evidente que la V República apuesta por lo que David de Ugarte llama con ingenio "anglomundo". Con sus acentos peculiares en inglés, Alemania e Italia, como el resto de Europa incluida la hoy autoritaria Rusia, forman parte de lo que, con sus luces y sus sombras, es acertado llamar civilización occidental.

David de Ugarte no puede excluir de ella a Japón o a Corea del Sur, de momento.

China y otros dragones mandarines son competidores, junto al islamismo en sus variadas facetas, de dicha civilización occidental. Como bien sabe De Ugarte, los escenarios de la competencia son Iberoamérica y África, con las consiguientes tensiones en el Subcontinente Indio y sus aledaños: Afganistán, frontera con Pakistán e Irán, por ejemplo...

España debe contar con criterios claros, negro sobre blanco, en una Estrategia Española de Seguridad que está propuesta en el programa electoral del PSOE y plenamente compatible con la propuesta que el PP hizo a su vez sobre Política Exterior.

En el campo de la Seguridad y la Defensa hay acá apuntes de interés, hechos con enfoque integral. No sólo contamos con el texto del Almirante Del Pozo en el Panorama Estratégico 2007-2008, precedido por el librado por el Almirante Terán en el anterior Panorama Estratégico 2006-2007. Cierto El Alijar publica el excelente Una propuesta: el Centro de Coordinación de la Acción Exterior. Una realidad: volvemos a África.

Doctores tiene el Derecho Administrativo, pero todas las Administraciones Públicas deberían ser concernidas y contempladas en la dicha Estrategia Española de Seguridad. Al efecto, habría que reordenar las disposiciones de coordinación e integración de los diversos programas de gestión en todos los niveles territoriales, funcionales y, al cabo, operativos.

Reitero que llega el Día D-Hora H para acometer la elaboración esa Estrategia Española de Seguridad, atendiendo los ejemplos francés y británico. No estaría mal tenerla disponible y, acaso, activada para cuando España asuma la Presidencia de la Unión Europea en 2010.

Siguiendo estos supuestos y antecedentes, en la cúspide de la acción estaría la Presidencia del Gobierno, muy conocida por los "expertos" como el "complejo Moncloa".

Un instrumento muy válido de que dispone el "complejo Moncloa" para ejercer esa coordinación e integración de esfuerzos es el Departamento de Infraestructura y Seguimiento para Situaciones de Crisis (DISSC). Lamentablemente, en noviembre de 2004, dicho Departamento tuvo que ser complementado por un organismo específico para atender una necesidad concreta que surgió tras la mala gestión del hundimiento del "Prestige" en 2002: el Centro para la Prevención y Lucha contra la Contaminación Marítima y del Litoral (CEPRECO).

Siendo buena la propuesta de El Alijar -que recuerda la existencia de otros organismos inteministeriales como el El Centro de Coordinación Antiterrorista, el Centro de Coordinación contra el Crimen Organizado o el Centro de Coordinación Regional de Canarias- no estaría de más darle un par de pensadas al organigrama de Presidencia del Gobierno y a las potencialidades de organismos como el DISCC.

La estructura resultante debería tener la doble finalidad de coordinar desde Moncloa la actuación de la Administración General del Estado con los órganos con competencias en las materias correspondientes para la instauración de un Sistema Español de Seguridad Integral y colaborar con las diferentes Administraciones Territoriales implicadas.

Ya les adelanto que, si son avispados y tienen información producida "sobre el terreno", los artículos del GEES intentarán cargar sobre el actual inquilino de Moncloa responsabilidades a propósito de "usos y costumbres administrativas" adquiridas en dicho complejo durante el periodo 1996-2004.

En el ámbito partidista, Ferraz (PSOE, Elena Valenciano) y Génova (PP, ¿Jorge Moragas?) no pueden jugar con otras alternativas que las que las realistas. Otros partidos y las redes de grupos de interés deberían, en su caso, expresar abiertamente sus posiciones, de seguro más radicales, presionando a ambas calles desde fuera... no desde dentro.