Maniobras de reanimación en CASA

Se anuncia la reorganización de EADS –tuya, mía, entre rabadanes galos y teutones- y contenemos el aliento a propósito de la inmersión de Hispasat en el conglomerado Abertis, de razón pública francesa más la catalana La Caixa y la madridista ACS.

Desde luego, a servidor, las comunicaciones de Estado que sirve Hispasat le preocupan mucho… no sé a santo de qué hay tanta prevención a pasar a manos del francés cuando los satélites en servicio los fabricó la estadounidense Loral bajo encargo del ministerio de Eduardo Serra, en la primera legislatura del aznarato… Luego Aznar se quejaba de que los satélites de observación Helios no estuvieran al servicio del Reino cuando la perejilada.

Pero hoy lo que interesa es que, en relación con los bienes y valores del Reino, se puede estar cumpliendo por enésima vez el buen dicho castellano que reza “reunión de rabadanes, oveja muerta”.

La oveja, para el caso, es la división Military Transport de EADS, para el vulgo CASA, o sea, el legado del INI gestionado por la tenedora pública de acciones SEPI.

La oveja estaba desde el pasado mes de junio bastante mal; o sea, "tolili". Desde que el tandem Piqué-Farreras -también bajo el aznarato- largó CASA al seno de EADS todo ha sido aplicación indecisa de remedios varios a una larga enfermedad. Finalmente, el catenazio de Alenia, transmutada en sección especial de Boeing, unido a la natural desidia de EADS North America –el que paga, manda, y el Reino paga poco- hizo que los degetafe y los desanpablo perdieran el contrato del JCA, como se ha reseñado en este minarete personal.

Ahora se estarán urdiendo maniobras de reanimación ante el previsible final asalto conjunto de marsouins galos y fallschirmjägers teutones sobre la cadena de montaje del A-400M y las facilidades de construcción en fibra de carbono, únicos elementos que ponen en valor el 5% que más o menos posee el Reino en EADS a través de SEPI.

A buen seguro se estarán afilando cuchillos en las diferentes sedes administrativas y fabriles de la vieja CASA. Siempre hay quienes acuden incondicionalmente en ayuda del nuevo gestor: no se les ha enseñado otra cosa.

Es ley de vida, dicen.