7/08/2007

Judiada


Alejandro Baer publica “Tanques contra piedras”: la imagen de Israel en España en el Real Instituto Elcano. Es una breve síntesis, tanto más estimable por cuanto, al ser publicada en dicho entorno institucional, permite dar noticia de algunos de los condicionantes de la mentalidad social que rige en España respecto de Israel.

El epígrafe Anticomunismo y amistad hispano-árabe resume de modo convincente las obsesiones de las familias políticas que nutrieron el aparato del Estado bajo franquismo respecto de Israel en sus tres primeras décadas (c. 1947-1977). En el titulado Israel como proyección de los EEUU hace lo propio respecto de las familias políticas de la izquierda, en cuyo seno el discurso antiisraelí en evolución desde 1967 –año en el que ciertamente Israel obtuvo una victoria fatídica (*) - será predominante hasta hoy. Con acierto, Baer apunta que, para 1977, confluirán dos opiniones poco favorables a Israel, aunque paradójicamente desde posiciones políticas contrapuestas: la pro-árabe de la derecha y la anti-imperialista de la izquierda”.

En Antisemitismo, ¿una variable explicativa?, Baer constata el hecho de que en la España que es hoy persiste un antisemitismo cultural genérico. Servidor, cuyo minarete personal es citado en dicho análisis, puede afirmar que en la izquierda, bajo ese sustrato cultural y mediando el poso de la propaganda soviética y sesentayochista, se ha elaborado y aprovechado “una recurrente imagen que amalgama opiniones negativas sobre EEUU, sobre Israel y sobre “los judíos” como un todo global y permanente. Una mezcla que tiende a mostrar a Israel como el vasallo de los EEUU en Oriente Próximo y, al mismo tiempo, quien (a través de los judíos estadounidenses) controla y dirige la política exterior de la gran potencia, forzándola a acciones como la guerra de Irak. Estas opiniones no pueden ser consideradas mayoritarias en la opinión española, pero sí son claramente más acentuadas que en otros países de Europa”.

No entra Baer en “Salir del armario”: cambios en la representación y opinión de Israel en España en detallar cómo la derecha españolista en los dos últimos decenios y de la mano de Aznar ha configurado su discurso de apoyo a Israel, rupturista respecto del tradicionalmente sostenido entre su masa social y sus elites de poder; tal vez, ello exigiría explicar cómo la oportunidad política –cuando no el oportunismo de facción de intereses- favorece cambios de tal magnitud en mayor medida que lo hizo, respecto de lo judío, la sabia y prudente doctrina emanada, tras el Holocausto, en el seno de la Iglesia Católica en su Concilio Vaticano Segundo y en la sucesión de Encíclicas papales hasta nuestros días.

Sí, en cambio, anota la rebeldía de ciertos pero escasos individuos y organizaciones respecto la corriente mayoritaria en las filas de la izquierda. Mucho me temo que el discurso pro israelí de los catalanistas, apenas apuntado, es más serio, eficiente y duradero que el sostenido “desde arriba” y con dinero por el entorno de Aznar y el demasiado testimonial, hoy, de los dichos escasos individuos y organizaciones de la izquierda, entre las que servidor ya ha detectado tendencias de oportunismo de facción de intereses.

En última instancia, al calor del papel de Baer, conviene señalar que el debate democratizador que ha desencadenado, con riesgo, Zapatero y su gobierno ha generado más espacio político para la defensa de Israel en España desde una plena y no sectaria perspectiva democrática. Los efectos a largo plazo de las posiciones al respecto adoptadas por Aznar y su entorno, por ese puñado de izquierdistas a los que me honro en sumarme críticamente y por el catalanismo político tardarán tiempo en poder ser evaluados.

Lo que consta es que, de momento, gentes con poder en la izquierda gobernante –no en el Gobierno exactamente- reprochan a los respondones y respondonas proisraelies su supuesta vinculación con el “lobby judio”, como si de ellos mismos no constara su dependencia –práctica cuando no afectiva- de los más evidentes y más poderosos en España “lobby árabe” y “lobby persa” que, a su vez, ejercen fuerte influencia en el establishment tradicional del Estado y de los negocios españoles.

Así, el oportunismo de facción de intereses de los antiisraelíes en el seno de la izquierda parece, hoy por hoy, imbatible.

Pero todo se andará: el punto común de casi todas las mentalidades antisemitas y antisraelíes anotadas por Baer es la consideración de que, en el fondo, la democracia es una judiada.

Bendita sea, pues, la democracia.

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(*) Vid. Joan B. Culla. La Tierra MÁs Disputada: el Sionismo, Israel y el Conflicto de Palestina (Madrid: Alianza Editorial, 2005)

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P.S. Mientras que la red difunde todo tipo de comentarios sobre los combates en la Mezquita Roja (Lal Masjid) en Islamabad (Pakistán), The New York Times -ese periódico de judíos, rojos y masones que infamaba a la España de Franco- notifica que U.S. Aborted Raid on Qaeda Chiefs in Pakistan in 'o5.

¿No quedamos en que ninguna circunstancia debería servir de pretexto a políticas de apacigüamiento y chalaneo con el terror islamista?

2 comentarios:

El Alijar dijo...

¿Qué hay de la imagen de España en Israel?
Mi imprensión, de una corta visita en 1999, es que la imagen de España allí es probablemente peor que la que nosotros tenemos de ellos.Con matices ideológicos.
¿Me lo confirmas?
Desde luego la amistad -que no las relaciones- están en ciernes.
Son necesarios puentes, y yo confieso que no los tenía tendidos.
Es imposible estimar lo desconocido y, tanto la práctica ausencia judía en la vida española como la impracticabilidad de Israel,no han ayudado al conocimiento mutuo.
Pero te animo a que sigas con ello, a mi me has abierto puertas mentales últimamente. De hecho, me he sorprendido a mi mismo escuchando a hurtadillas Radio Sefarad.
Aún así confieso que me queda un trecho hasta apoyar tan fervorosamente -como algún premiado recientemente- la entrada de Israel en la OTAN. No lo veo.Total oportunismo de facción, creo.

Jorge Aspizua Turrión dijo...

El Alijar apunta fino.

Los sefardíes son la base electoral de la derecha nacionalista en Israel. El programa "Las Llaves Halladas" en Radio Sefarad tiene muy en cuenta esa circunstancia.

Los israelíes en general tienen asumido que España siempre jugó "del lado de los malos". También desde 1939 hasta hoy. Aprecian, eso sí, a los combatientes de verdad.

Cuando el Caudillo dío luz verde al puente aéreo estadounidense para enviar suministros a Israel en la del Yom Kippur de 1973, aquello se vivió como una reparación... incompleta.

Políticamente, en Israel la imagen de España y de sus elites de poder es mala. Afirmar otra cosa es mentir.

Pero peor es, pese a las declaraciones oficiales, la que España y los españoles tenemos en el entorno islámico.

El problema es que, en España, vivimos en el espejismo de que somos "buenos"... consecuencia hilada de la "cultura de bachilleres Carrasco" a derecha y a izquierda.