6/01/2007

Las 'telepaellas', la política exterior española y Arquilla

Mientras que los medios de comunicación de masas confeccionan sus telepaellas con el arroz de Rice, el caldo de pollo de Moratinos y algunos tropezones de marisco y verduras...

Foreign Policy edición española celebra un debate, primero escrito y, luego, hoy 1º de junio, verbal, en la sede de FRIDE ante testigos.

Asistimos a una excelente discusión sobre Aznar o Zapatero, ¿qué política exterior?, absolutamente precisa para establecer una Estrategia Nacional sin particularismos verticales ú horizontales para la España que es.

Florentino Portero, aznarí, y José Ignacio Torreblanca, realista un poco a la izquierda, ofician como espadas. Andrés Ortega ejerce de alguacil, ciertamente para nada alguacilado....

Moratinos sirve bien a su señor en la pieza Diplomacia en tiempos complejos.

Encima, podemos leer en el mismo número un breve texto del gran Arquilla, padre de algunos conceptos básicos de la Transformación en materia de Seguridad y Defensa en el orbe.

Lo transcribo para general conocimiento y aplicación, también, en España:

Problema: La guerra contra el terror

Cómo ganar

John Arquilla (bibliografía en Amazon.com: hay una cosita sobre Cuba, de 1993, carajo)

Tras seis años de guerra, Estados Unidos todavía no reconoce al enemigo

"Red” es la palabra más empleada para describir a las organizaciones terroristas islamistas desde el 11-S. Sin embargo, seis años después del primer gran conflicto armado entre Estados y redes, las naciones siguen luchando como en la última guerra. No ha habido casi ninguna señal de que la persecución de Al Qaeda y sus aliados se base en ninguna idea seria sobre el nuevo tipo de problemas que suponen unos adversarios que trabajan en grupos pequeños e interconectados, con un control central mínimo.

Los países siguen pensando en acumular tropas sobre el terreno y atacar con una fuerza aplastante, tal como intentó hacer el Ejército de Estados Unidos en Irak. Pero las redes allí presentes han sabido esquivar los golpes sin problema y han continuado su molesta insurgencia con una brutalidad creciente. En este nuevo tipo de conflicto –que podemos llamar guerra de redes–, la dinámica fundamental consiste en que unos se esconden y otros les buscan. Se acabaron los tiempos en los que unas fuerzas masivas se enfrentaban a oscuras en una llanura. Ahora, si no se encuentra al enemigo, no se puede luchar contra él.

"Hoy estamos en dos atolladeros, Irak y Afganistán, en gran parte por no querer combatir las redes con redes"

Para tener alguna esperanza de acabar derrotando al terrorismo, los países necesitan comprender las redes como forma organizativa peculiar, no sólo como una cómoda etiqueta. En la práctica, eso significa atacar sus nodos, no limitarse a debilitarlos mediante invasiones o bombardeos de Estados sospechosos de ayudarles. No puede atacarse con un Ejército de tierra, lo que hace falta es colocar sobre el terreno unas fuerzas propias ágiles y configuradas en red. Irónicamente, el Ejército estadounidense empezó la guerra contra el terrorismo de esa forma, cuando bastaron 11 equipos A de las Fuerzas Especiales –menos de 200 soldados– para derrocar a los talibanes y hacer huir a Al Qaeda. Los equipos estaban conectados entre sí y con los aviones de combate que les sobrevolaban. Resultaron imparables.

Sin embargo, desde finales de 2001, los generales estadounidenses han reafirmado su preferencia tradicional por las unidades grandes y pesadas, primero en Afganistán y luego en Irak. Como consecuencia, hoy nos encontramos en dos atolladeros, en gran parte por no querer combatir las redes con redes. Todavía estamos a tiempo de cambiar de rumbo.

John Arquilla es catedrático de Análisis de la Defensa en la Escuela Naval de Postgrado (EE UU).

***

Semper fi, paso nota de esto a los combatientes de ambos lados del Atlántico, incluidos también los que esperan buenas nuevas en Afganistán y en Cuba..., incluso en Madrid, pese a las telepaellas

6 comentarios:

Oveja Negra dijo...

¿Y qué hacer entonces? ¿montar equipos supersofisticados de terroristas que luchen una guerra de alcantarillas y en el que el personal involucrado ha de saber que violará y se pasará por la piedra todas las leyes y los derechos fundamentales que se suponen defienden? porque combatir redes con redes suena muy bien, todo el arquetipo de guerras de 5ª generación, actores no estatales... todo eso es la leche, hasta que tienes que ver que para ganar la partida has de luchar con tus propias armas pero en su mismo terreno.

¿Acabar con la financiación yihadista a escala mundial? habria que acabar con el tráfico de diamantes y de oro que está controlado en un 90% por occidente, habría que actuar como terroristas contra la banca islámica.

¿Acabar con sus rutas de internamiento y con las redes yihadistas de musulmanes conversos o nacidos en sociedades occidentales? habría que actuar como ciberterroristas, provocar delitos preconstituidos, violar todas las leyes que se quieren proteger.


¿Por qué se sigue en Iraq y en Afganistán? porque para la yihad a escala mundial (Al Qaeda, grupos afines, terrorismo chiita,...) es su campo de batalla, y así la amenaza en territorio Occidental se limita a lo que nace aquí (las segundas generaciones tipo Londres o los inmigrantes tipo Madrid), en lugar de los camiones bomba con cloro de Bagdad. ¿Cruel? si, ¿cierto? también.


A los talibanes no les vencieron 11 Equipos A (que ya no se llaman equipos A, sino ODA ), sino la Alianza del Norte que empujaba a los talibanes a las zonas de tiro de las unidades SOF, SEAL, Recon, SAS, SASR, Nageurs, JTF-2,... con sus designadores láser. También el combo KSK (naval) alemán y el Seal Team 3 por la cordillera sureste, y los pagos en oro a los señores de la guerra.

No acabemos como los demócratas americanos y su obsesión por los Green Berets, Gary Jackson publicó un buen artículo sobre esto en el BW Monthly. Al final los supercomandos con rifles de asalto camuflados también necesitan un carro de combate detrás.

Jorge Aspizua Turrión dijo...

Tienes razón, Federico, pero no "toda la razón".

Orde Wingate, aviones detrás, "close air support", no siempre largando bombas, no sea que dieran a tribales "karen" en Birmania (Burma, para los angloparlantes)

Visito su tumba en Arlington National Cementery, cada vez que voy a Washington D.C.. Nadie quiere separar sus restos de los que cayeron con él... 1944.

Wingate había leído la historia general de la guerra de "Mambrú", antepasado de Churchill, guerra civil en España 1701-1714

Oveja Negra dijo...

Ese es el gran error al confiar ciegamente en los OEs, considerar que siempre habrá CAS cuando se necesite y esto no es así. Hay inclemencias meteorológicas, hay MANPADs, los AC-130 solo vuelan de día, los helicópteros tienen que repostar y soportan pocos daños, la identificación amigo-enemigo implica acercarse muchísimo al combate... no es solo "tenemos CAS".

Y nuevamente repito que el querer comparar sempiternamente Afganistán con guerras anteriores es un error, creo que el único lugar donde se ha comparado tan claramente fue en Rambo III, la de Stallone compitiendo al Buzkashi.

Ni los señores de la guerra de las fronteras son los Mong, ni los batallones de infantería ligera británicos son como los de las guerras Boer, ni los talibanes son una mancha de incompetentes analfabetos, ni las operaciones dirigidas por contratistas son como las del MACV-SOG. Si tenemos superioridad militar aplastante, ¿por qué enfrentarnos con sus mismas armas? Renunciar a lo que limita enormemente el número de bajas propias no implica que vayamos a causarles más a ellos.


Antes que con Wingate me quedo con Eeben Barlow, el que abrió los ojos a los que tras la batalla del Mar Negro (Mogasdicio '93) pensaban que las guerras contrainsurgentes y de guerrillas eran cuestión de fuerza bruta o puramente de OEs.

Jorge Aspizua Turrión dijo...

Querido Federico:

No hay que irse tan lejos para encontrar un claro ejemplo para contraponer a tus apreciaciones.

Vaya por delante que servidor, de forma "irregular", alcanzó a "ser confesado" una sóla vez por cierto general del ET/GC en días muy duros en cuanto a lo que a sangre toca. Él "sabía manera" y hasta Galindo de Intxaurrondo sabe que era así: por eso no lo cita en sus memorias, pues Galindo es consciente de que, al cabo, erró en su propio diseño de acción...

La "superioridad aplastante" de España -militar, policial, combinada- es clarísima respecto de ETA. Cargarse a los pistoleros, sus jefes y los 150.000 votantes "filoetarras" es perfectamente posible: en 1969 y hasta hoy.

Se obtendría victoria fisica, pero no valdría para nada.

La paradoja es, en nuestro caso, que la victoria política definitiva nos está vedada por los intereses bastardos que se escudan, sin dar la cara, precisamente, en mentalidades predominantes entre buenas personas que, como tú, creen que el camino más seguro es el corto.

Y no es así. De hecho "los contratistas" que dices, en lo que están verdaderamente especializados y dónde sus patronos capitalistas sacan beneficios en dinero y poder es en OE'S

Un abrazo.

Oveja Negra dijo...

Afortunadamente ETA y la guerra en Afganistán no tienen nada que ver, de lo contrario absolutamente todas las organizaciones militares y sociales empeñadas allí están equivocadas por completo.

Y 100.000 tontos no pueden estar equivocados.

Un saludo.

Jorge Aspizua Turrión dijo...

No estoy seguro de que tu afirmación sea certera.

Intentaré seguir analizando las cosas con objetividad.

Gracias