Escribe en ABC el jefe del Estado Mayor de la Defensa, Gral. de Ejército Félix Sanz Roldán, «Ese ejército que ves...», titulando la pieza con verso Calderón y, con ello, llamando a cierta meditación:
Este ejército que ves
vago al yelo y al calor,
la república mejor
y más política es
del mundo, en que nadie espere
que ser preferido pueda
por la nobleza que hereda,
sino por la que él adquiere;
porque aquí a la sangre excede
el lugar que uno se hace
y sin mirar cómo nace
se mira como procede.
Aquí la necesidad
no es infamia; y si es honrado,
pobre y desnudo un soldado
tiene mejor cualidad
que el más galán y lucido;
porque aquí a lo que sospecho
no adorna el vestido el pecho
que el pecho adorna al vestido.
Y así, de modestia llenos,
a los más viejos verás
tratando de ser lo más
y de aparentar lo menos.
Aquí la más principal
hazaña es obedecer,
y el modo cómo ha de ser
es ni pedir ni rehusar.
Aquí, en fin, la cortesía,
el buen trato, la verdad,
la firmeza, la lealtad,
el honor, la bizarría,
el crédito, la opinión,
la constancia, la paciencia,
la humildad y la obediencia,
fama, honor y vida son
caudal de pobres soldados;
que en buena o mala fortuna
la milicia no es más que una
religión de hombres honrados
Y servidor, que en estas cosas fue enseñado fuera de toda academia, sabe que dicha religión cívica -así lo comprende Calderón y lo señala en el Panegírico dedicado al Excelentísimo Señor Almirante de Castilla por su victoria en la de Fuenterrabía- transciende cuando se aplica a su deber último.
Con la hambre, el tiempo y el francés lidiando,
ya desahuciada de su valentía,
en brazos de la muerte agonizando
estaba la leal Fuenterrabía
el día que feliz la socorristeis,
que aun fue con el valor preciso el día;
luego si vida al casi muerto disteis,
la invasión de la patria asegurada,
la cívica corona conseguisteis.
Ese deber, que genera la lealtad superior a cualquiera otra cívica religión, lo fijó otro poeta español en nuestra lengua catalana como seguidamente transcribo y, luego, traduzco lo mejor que puedo:
A vegades és necessari i forçós
que un home mori per un poble,
però mai no ha de morir tot un poble
per un home sol:
recorda sempre això, Sepharad.
Fes que siguin segurs els ponts del diàleg
i mira de comprendre i estimar
les raons i les parles diverses dels teus fills.
Que la pluja caigui a poc a poc en els sembrats
i l'aire passi com una estesa mà
suau i molt benigna damunt els amples camps.
Que Sepharad visqui eternament
en l'ordre i en la pau, en el treball,
en la difícil i merescuda
llibertat.
____
A veces es necesario y forzoso
que un hombre muera por un pueblo
pero nunca ha de morir todo un pueblo
por un sólo hombre:
recuerda esto siempre, Sefarad
Haz que sigan seguros los puentes del diálogo
y busca comprender y amar
las razones y las diversas lenguas de tus hijos
Que la lluvia caiga poco a poco sobre los sembrados
y que el aire pase como una mano suave, extendida
y muy bondadosa sobre los amplios campos.
Que Sefarad viva eternamente
en el orden y en la paz, en el trabajo,
en la difícil y merecida
libertad
Salvador Espriu. De la “La pell de brau”
5 comentarios:
¡¡¡ y dale !!!!
Mira que eres pedante...
Por España y el que quiera
defenderla honrado muera
y el que traidos la abandone
no tenga quién le perdone
ni en tierra santa cobijo
ni las manos de un buen hijo
para cerrarle los ojos.
¿Quién hablaba aquí de guerra?
¿Aún en nuestra memoria brilla?
¿Aún al nombre de Castilla
tiembla de pavor la Tierra?
Y siempre a punto de guerra
combatieron, siempre grandes,
en Alemania y en Flandes,
en Francia y en Inglaterra.
Y se posternó la Tierra
Que La Legión lleva en pos
este lema y esta fe
de rodillas ante Dios
ante los hombres, de pie
No conocía estos versos y me gustaría saber de su autoría. Son potentes y dignos.
Dicho esto, una pregunta con su respuesta:
¿Por qué los Tercios jamás asaltaron Ginebra, ciudad de los herejes calvinistas que quemaron al protestante Miguel Servet?
La respuesta es que los banqueros y logistas calvinistas suministraban de continuo los medios para que, desde Italia, el camino español, cumpliera en Flandes.
La paradoja está que los rebeldes de las Siete Provincias, a su vez, intermediaban para que la Armada de ka Monarquía hispana y sus aliados tuvieran los pertrechos con que construir y navegar sus buques de guerra.
Igualito que ahora frente a los "malos". La clave está en saber vencer y, para ello, saber convencer.
El primero es muy conocido, creo que de Anglada. Los dos siguientes me da que también son de Lope de Anglada. El último, el de LaLegión, es creación de la Semana Santa malagueña, una saeta al Cristo de la Buena Muerta.
Un abrazo y mi enésima enhorabuena por tu blog.
A.Seco.
Res.Vol.
Qué va. Esos versos son de Marquina, los primeros, de "En Flandes se ha puesto el sol".
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