Nada hay mejor que saludar a un buen amigo -pese a que sea también editor de uno- pese a las obvias discrepancias que mantenemos: Julio Trujillo ha publicado hoy 1º de junio en el aznarí GEES un magnífico análisis titulado Canarias… un caso de debilidad estratégica estructural.
También proviniente de la izquierda durante la Transición, Rafael L. Bardají escribe un ligero análisis en la tercera de ABC sobre la visita de Condy a España:
Dos apuntes básicos sobre el empleo de la gran película Bienvenido Mr. Marshall para atacar a Zapatero.
1. Tony Isbert es el nieto crápula de Pepe Isbert, el gran actor que bordó el papel de alcalde de Villar del Rio en dicha política, digo, película. También bordó el papel de sentimental a la vez que profesional verdugo y de abuelito dispuesto a todo para logra un cochecito de inválido en películas que retrataron, salvando la censura de los Arias Salgado, la triste realidad de la España de los 50.
2. Empezando por Bienvenido..., dichas películas las conducía un grupo de criptocomunisas encabezados por Bardem y Muñoz Suay, el verdadero urdidor de todo por cuenta del KGB que arrepentido lo contó todo, o casi todo. Fernando Rey daba la cara y Berlanga, ese anarco-pornógrafo genial, ponía el necesario ambiente fallero.
Dicho esto...
No está de más recordar que el padre del actual portavoz del PP en el Senado, García Escudero, ofició durante aquellos años de Director General de Cinematografía. Tiempo después, sería el juez togado instructor del juicio por el intento de golpe de Estado del 23 de febrero de 1981.
Tampoco, que en relación con las afinidades pro estadounidenses de los aznaríes, tampoco sobra recordar que las licencias de la tónica Schweppes y otras bebidas gasesosas se repartieron en aquella España con efectos que hace rato llegaron al Fondo Monetario Mundial: ya se verá cuales serán los futuros camino de La Moncloa.
Y no se olviden los aznaríes que Dionisio Ridruejo, también arrepentido de lo suyo con las SS (lo de Serrano Súñer y las de las runas) escribió en España notas que leyó un tal John F. Kennedy. Robert, el hermano del antedicho, nunca dejó de hablar con los socialistas del PSOE que propusieron que una España democrática tendría que estar en la OTAN cuando Franco tonteaba con Nasser...
Porque la vida no es política, tampoco sólo historias de cine; casi siempre, como canta el bolero famoso, teatro, puro teatro.
Lo que ya sabía y siempre nos enseña Calderón.
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