Andrés Ortega, en El País, centra en Al Qaeda el objeto de su comentario Suicidas ilimitados en el que acierta a señalar la mala gestión estratégica de la Administración Bush acumulada desde el punto y hora en que, derribado Sadam Husseín, no había planes de estabilización y pacificación realistas para Irak. No cita a Irán, ¿será por la gasolina?.
Los aznaríes del conglomerado GEES/FAES, con Irán. Pequeño gran secuestro en Libertad Digital, cargan la suerte contra Teherán de forma retórica. Desde sus sillones madrileños, los aznaríes casi llegan a exigir que los componentes del trozo de abordaje británico capturado por los guardianes de la revolución islámica -los pasdarán, esos SS- debían haber resistido combatiendo su captura y sufrido la amenaza de tortura tras ella conforme a cánones heróicos de película. Es fácil hacer cálculos con la sangre de otros...
Ignoran mis amigos aznaríes cuáles son las órdenes recibidas y los procedimientos seguidos por la Royal Navy y los Royal Marines en tales circunstancias: en Occidente, fuera de películas, mitos y fábulas, la norma civilizatoria exige limitar daños, salvar vidas y controlar las crisis.
Pero algo es cierto.
Cuatro años después del derribo de Sadam y de la alocada destrucción de toda la administración iraquí, los iraníes están sacando réditos de su "aprovechada no beligerancia" en Mesopotamia. La revuelta chií en Irak está casi servida.
Mucho me temo que, para su control, los Aliados no podrán realizar, sólo, operaciones anfibias en Chatt-El-Arab sin desencadenar una guerra sin fin. Una guerra en la que Al Qaeda -suní- jugará sus cartas, una guerra en la que Irán contará con armas y sistemas rusos, chinos y... europeos. Ya veríamos que haría entonces la Liga Árabe, hoy controlada por los saudíes: ¿ejercer su propia "aprovechada no beligerancia"?.
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En la foto, un Terrapin británico accediendo a la isla holandesa de Walcheren en 1944. Otros tiempos, ¿otras guerras?.
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