2/21/2007

Imaginerías en España... y visitas en Exteriores


El pasado lunes, El Mundo publicaba una extensa entrevista con el embajador de los EE.UU. en España. En los comentarios que esa misma noche realizó sobre la misma Florentino Portero en Libertad Digital TV escuché algunas referencias a la imagen de España.

Los aznaríes de FAES/GEES han iniciado una campaña para remarcar la mala imagen política que, a su juicio, tiene España en el exterior. Esa mala imagen terminaría, como ya adelantó Portero, afectando a las inversiones extranjeras en nuestra nación. Hoy, el comentario de GEES Zapatero y Prodi. Dos estadistas en apuros y la transcripción del artículo de Bardají Zapatero: el increíble hombre menguante publicado ayer en Rzeczpospolita, periódico polaco cuyo título se traduce como La República.

Ya hacia 1994-95 la imagen de España era objeto de preocupación por los aznaríes, "sólo hay corrupción y terrorismo", ¿recuerdan?. Llegados al poder los conservadores de Aznar el lema pasó a ser "España va bien". Como factótum que fue del Real Instituto Elcano el propio Bardají, recordamos la orden de prioridad dada en dicho instituto para elaborar y presentar informes sobre la imagen de España y sus empresas. Bardají tiene querencia por esas cosas, también cuando fuera del poder ejecutivo de la nación las presentaciones a realizar por su parte son necesariamente negativas.

Hoy, con el caso Marbella y tantos otros en medio, es difícil usar de la corrupción como consigna que no se pueda convertir en bumerán. Pero con el terrorismo, desde el pasado 30 de diciembre, si parece posible hacer mella y no padecer la propia metralla mediática.

Corrupción y terrorismo han terminado por dañar la imagen de la Colombia de Uribe, por la via de los hechos. Ya se avisó de ello en este minarete personal y se avisa que, en España, sobre corrupción y terrorismo se seguirá hablando mucho ante los Tribunales de Justicia.

La imagen de España, tal cual Aznar la quiso construir, se vino abajo el 11 de marzo de 2004.

La insistencia sobre una determinada autoría, la de ETA, llevó, no sólo a que se llamara a los medios de comunicación, sino a la rápida redacción y presentación de un borrador de resolución para que la ONU condenara el atentado atribuyendoselo a la organización criminal etarra. Como aseverara días después la señora Ana Botella, según reflejó la revista Tiempo, durante la presentación de sus memorias sobre sus ocho años de residencia en La Moncloa , "no nos cabía en la cabeza que no fuera ETA".

En España, los hechos son tozudos: bajo pretendidos rigores no hay más que imaginerías. No en vano, nuestros vecinos portugueses emplean la expresión "construir castillos en España" por nuestra "construir castillos en el aire".

En sus castillos, los aznaríes prestan y, a la larga, se prestan un flaco favor. En otros castillos, las percepciones cerradas no son mejores; analícese por ejemplo el contenido de Agujero negro en la derecha.

El fondo es lo que debería importar en la España que es. Maldecir a sus derechas es tan estúpido como maldecir a sus izquierdas.

La España que es se está jugando su futuro. No parece de buen estilo, ni de buena cabeza, imaginar que habrá seguridad para ese futuro sólo si se logra que mandemos los nuestros, sean estos los que sean y sea como sea.

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Munición para los aznaríes: ¿qué ministros de asuntos exteriores y presidentes de consejos nacionales de seguridad sirios, iraníes y de los Emiratos Árabes Unidos están hoy conversando con el ministro Moratinos en Madrid?

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