10/04/2006

De militares y españoles: Liberal Lucini

El almirante Ángel Liberal Lucini ha fallecido.

Las necrológicas publicadas ayer y hoy recogen los datos objetivados de su biografía y los elogios debidos. Pero, desde este minarete personal, se debe intentar hacer algo más.

El almirante Liberal Lucini forma parte de la mejor tradición castrense española: la que, sin equívocos, sostiene que la lealtad superior es para con la España que es, sin renunciar a las lealtades subordinadas, sin llamarse a engaño en función de intereses corporativos, ideológicos o personales indebidamentes interpretados.

Junto al almirante Nieto Antúnez, el almirante Liberal Lucini tomó clara conciencia del papel de futuro de la Armada española. Hoy, ese futuro es presente en constante renovación, adaptación y proyección. Y, junto a otros señores del mar, el almirante Liberal Lucini tiene en ello su parte de mérito profesional y corporativo.

Con su estrecha cooperación con el capitán general Gutiérrez Mellado, la lealtad superior por ambos sostenida toda su vida alcanzó su cénit.

Hoy deben recordarse los insultos, los acosos, las maledicencias y las incomprensiones que ambos sufrieron. Las más de las veces fueron propagadas desde el anonimato o por los "voceros" de la prensa "nacional" del momento; las menos, cuando los críticos tenían valor personal, directamente. Su respuesta fue el trabajo y su bonhomía mantenidos constantemente al servicio, del Rey abajo, de todos los españoles sin excepción.

Gracias a hombres enteros como ellos, gallardos con buena cabeza y mejor corazón, la España que es tiene hoy unas Fuerzas Armadas dignas a su servicio. Y cierto es que las tendrá que seguir mejorando.

Pese a las apariencias, no estuvieron sólos en el seno de la corporación castrense. Otros hombres enteros como ellos han tomado el relevo en el máximo nivel de conducción de las Fuerzas Armadas españolas, tras haber servido bajo sus órdenes en aquellos años difíciles. Es notable comprobar cómo, en los blogs y las webs "nacionales" de hoy, se repiten contra estos los viejos insultos, acosos, maledicencias e incomprensiones.

Cuando Fernando Reinlein, con toda legitimidad, reclama en El País de ayer La memoria de los militares demócratas, limitando ésta a la de los miembros de la Unión Militar Democrática (UMD), olvida algo importante.

Las Fuerzas Armadas son reflejo de España, no una columna vertebral de toda o facción de ella. Son así, y sólo pueden ser así, un importante instrumento de Estado al servicio de todos los españoles conforme a lo dispuesto por las leyes.

Lo eran bajo Franco, cuando fueron puntal instumentalizado de su régimen, como explicó muy bien y en su debido tiempo Dionisio Ridruejo. Fue por ello por lo que surgió la UMD, de cuyos orígenes en el entorno del capitán Pinilla y del padre Llanos todavía no está detallado todo el proceso y sus consecuencias derivadas: p. ej.. el golpe del 23-F fue laminado por gentes formadas, hacia 1950, junto a alguno de los activistas que lo intentaron dar.

Hoy, cuando desde este minarete personal este civilón se despide en primer tiempo de saludo del almirante Liberal Lucini, conviene destacar el esfuerzo de muchos más que cien, tal vez decenas miles, de militares españoles de toda escala y procedencia que hoy mantienen la lealtad superior a la España que es y que, sin duda, será.

En Afganistán o El Líbano, en el acorazado de piedra o en los EVA's de Sierra Nevada, en la garita de Ceuta o de incógnito allá donde se libra la lucha contraterrorista más eficaz, estos son los que siguen abriendo trocha al servicio, militar por supuesto, de todos y cada uno de los españoles.

Así nos lo enseñó, de palabra y obra, el almirante Liberal Lucini. Y estoy seguro de que, por ello, tras reunirse con el capitán general Gutiérrez Mellado, ya ha visto a Dios, en el que ambos firmemente creían.

1 comentario:

Anónimo dijo...
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