2/04/2008

¿Hacia una Estrategia Nacional de Seguridad?


Andrés Ortega Klein, editor de Foreign Policy edición española -avalada por FRIDE- y columnista de El País, ha publicado en el primero de los medios citados Política Exterior tras el 9-M.

En dicha papela leemos y, tras ello, suscribimos, lo siguiente:

No espere a noviembre. Con los resultados de las primarias iniciales y del megamartes del 5 de febrero en la mano, a 10 de marzo ya está bastante claro quiénes se pueden enfrentar en el sprint final. No lo apueste todo a la carta demócrata. Aunque hoy por hoy es más probable que gane un demócrata que un republicano, ponga huevos en ambas cestas. Refuerce la Embajada de España en Washington: envíe delegaciones a hablar con los asesores de los dos candidatos y prepare el camino para que después pueda pisar sobre terreno abonado.

Tendrá que ver al nuevo comandante en jefe y ese encuentro debe dejar claro que España es aliado, y no subordinado. En la última legislatura, el presidente del Gobierno español demostró que podía vivir sin Bush (que no comprendió la salida de Irak y, menos aún, la forma en que se hizo). Ahora debe mostrar que prefiere vivir en buen diálogo con el nuevo presidente de EE UU.

Washington medirá a España sobre todo con la vara de Afganistán, donde Madrid ha cooperado, pero arrastrando los pies. Puede que EE UU, entre otros países, le pida más soldados. El Gobierno de España no tiene que convencerse (aunque los españoles sí) de lo que está en juego en el antiguo feudo talibán (entre otras cosas, el futuro de la OTAN). Aunque tenga que enviar más tropas, tiene que hacer entender a todos los implicados que no hay salida militar. Cuando esto se haya asumido –y cuando se admita que los talibanes son parte del problema pero también de la solución, como han comprendido norteamericanos y británicos– podrá empezar a mejorarse la realidad en la zona.

Aproveche la posibilidad de entendimiento transatlántico que ha abierto la nueva actitud de Francia, que quiere acercarse a la OTAN con su posible retorno a la estructura militar y un nuevo impulso a la política exterior, de seguridad y defensa común de la UE y un cierto encuentro entre ambas. Si es así –y no está garantizado–, España tiene que estar ahí y contribuir a europeizar la OTAN. Fortalezca las Fuerzas Armadas si quiere que Madrid pese en cualquier nuevo arreglo militar entre ambos lados del Atlántico. Todo el mundo sabe que hay que hacerlo y pocos lo dicen, porque es impopular. Quien pertenece a una organización de carácter militar sin tener la estatura suficiente tiene que limitarse a seguir órdenes. Los servicios de inteligencia hoy son tan importantes como el Ejército –si no más–, pero de eso se habla también poco. Demande más comprensión de su importancia y a ellos exíjales más calidad.

Anotado esto, los combatientes civiles y militares sabemos que quedan muchas cosas por hacer. Respetando todas las opciones ideológicas -en la foto, cuadro representativo de las bendiciones en las guerras carlistas- en algo se ha avanzado estos días: Mantenimiento Integral.

Y, a falta de programas, programas, programas -El Alijar avisó de la papela de la Fundación Alternativas, "Los objetivos de España en su Acción Exterior"- conviene atender a la siguiente convocatoria:


P.S. Bienvenidos, Serviam. Foro Español de Seguridad y Defensa

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