El pasado día 12 de octubre de 2006 expresé mis preferencias por una candidatura para las presidenciales de los EE.UU.. Se titulaba Tras el día de la Raza: un socialista español por McCain.
Leído el artículo que hoy publica Bardají en ABC, Vencedores y vencidos, donde promueve al citado McCain, me reafirmo en lo dicho entonces. Transcribo parte de lo dicho en 2006:
De momento, servidor, 'rojo' como es, ante la renovación de escaños en las 'midterms' del próximo noviembre, apoya la reelección de Joe Liebermann como senador por el Estado de Connecticut, en contra la opinión del Partido Demócrata... incluso, uno lo apoyaría como candidato a alcalde de Madrid: no es más de derechas que la mayoría de mis correligionarios.
Pero donde servidor tiene sus más razonables esperanzas es de cara a las elecciones presidenciales, donde desde ya declara que querría votar a John McCain, senador por el Estado de Arizona -mucho indio y mucho hispano en Arizona, saben aquell que diu hubiera explicado el Eugenio-, no mal visto por el Partido Republicano y por los 'rojos' de The New Republic Online, según expresa en el número de esta semana el artículo de John B. Judis, Neo-McCain. The Making of An Überhawk.
Lo que no acierto a explicarme es por qué nuestros celtíberos neo-con no lo han sacado a relucir más. Es un tipo de derechas por sí y por su familia, piloto de combate en Vietnam derribado y torturado por los comunistas (anexa, la foto del momento de su captura), un defensor a ultranza del derecho a la vida del nasciturus...
¿Será por su campaña contra los abusos de Guantánamo y Abu Grahib que dió origen a la bien llamada McCain Detainee Amendment?; otrosí, ¿será por su participación en el llamado Gang of 14, que preservó el derecho de los electos directamente por el pueblo a impedir que ningún candidato a ser juez del Tribunal Supremo sea elegido de modo automático si hay mayoría para ello por el Senado de los EE.UU.?.
Por esas y muchas otras acciones, deseo que McCain sea elegido presidente de los EE.UU.: hasta ahora, me ha demostrado que, hasta donde sabe y puede, sirve bien a la seguridad y la defensa de los valores democráticos universales en los que cifro mis esperanzas como ser humano.
Hoy sólo hay una variación: los neocon apoyan a McCain del mismo modo de exalzan al odiado Obama. Su miedo es la posible victoria de Hillary Clinton y la necesidad de mantener de "incógnito" al "tapado" de Bush.
Lieberman estuvo en Madrid la semana pasada y tengo alguna idea de por dónde van las cosas. Así, en cierto acto celebrado ayer me confortó ver a Irene de Grecia, presente a título personal, y me satisfizo que tambien estuviera el Secretario de Estado de Política Exterior del Reino de España, Bernardino León Gross.
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Estoy "un poco fuera de onda", lo sé. Pero la mayoría de las ondas que veo, tienen poco recorrido.
3 comentarios:
¿Con qué otro titulo salvo el de su propia representacion puede presentarse Dña Irene?
Por cierto D.Jorge no deja usted de sorprenderme apoyando a McCain como siga usted así no hará carrera en su partido.Bromas aparte ¿cree usted que Clinton(Hillary)no "...sirve bien a la seguridad y la defensa de los valores democráticos universales en los que cifro mis esperanzas como ser humano"?
En un partido se está para exponer ideas y líneas de acción, aunque ello suponga quedar en minoría. La política es algo más. La alternativa al ticket McCain-Lieberman es Hillary-Lieberman (o tal vez Edwards, no tan alejado del "granjero de Conneticut). Lo que no nos podemos permitir, ni allí, ni acá, son "idealismos". El riesgo para que prime el modelo de vida y convivencia democráticos en el orbe, es enorme: lo alimentan demasiados "intereses a corto".
McCain me parece un tipo íntegro. Me encantó cuando le apretó las tuercas a los protagonistas de Abu Grahib (Rumsfeld y sus subordinados) en una sesión de esas que solo se ven en el Legislativo USA, realmente fascinante, viniendo de un exPOW y contra el Secdef de su partido. Antológico.
Me parece como persona y como político, un tipo decente, humano e íntegro.
Veo a Hillary o a Obama, y me vienen a la cabeza, o el ansia del poder de la primera, o ese tufillo a marketing de diseño de candidato imprevisible del segundo.
Yo también votaría a McCain. Sin duda alguna. Y ya te digo si fuera en España...
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