En la foto, vehiculos blindados Brutinelcar de la 1st Motor Machine Gun Brigade en Ottawa (Canadá) en una demostración realizada en septiembre de 1914, pronto hará un siglo.
Pese a disponer de las tecnologías de futuro elaboradas por las ingenierías, el empleo masivo de los medios en servicio y la falta de rigor en la conducción militar y política de la guerra haría inviable el uso eficiente de los sistemas mecanizados para romper el frente occidental de la guerra de las trincheras desde su plasmación en el otoño de 1914 hasta 1918. El plan 1919, concebido conforme a principios y objetivos claros de guerra mecanizada, jamás fue ejecutado pues la lógica de la guerra en sí misma - la lógica clausewitziana- se desarrolló como suele, políticamente.
Dadas las relaciones de fuerza -no sólo militar- surgidas durante la guerra misma y evaluados los riesgos a asumir fuera del estricto campo de batalla en la Europa Occidental, se impuso el armisticio. Se trataba de evitar el impacto de los efectos políticos acumulados: la revolución -ya triunfante en Rusia- y la insurrección en las colonias, incluyendo en estas a la nominalmente soberana China.
Pero, para 1939 todavía no se habían asumido todas las consecuencias y todas las necesidades emergidas durante aquella Gran Guerra.
De hecho, en el fiasco militar estadounidense en Irak todavía subyace la ilusión de ganar las guerras á la Patton -shock and awe- tal como se atisbara tras la ruptura del frente de Normandía en agosto de 1944.
Dados los prejuicios establecidos, no se ha aprendido mucho sobre la conducción de las guerras irregulares que siempre han quedado ocultas bajo las épicas imágenes de los combates de línea de infantería á la Federico de Prusia o de columnas en movimiento á la Guderian.
De no poder hacer otra cosa, deberemos seguir aprendiendo, querido Luis Solana, entre bomba y bomba.
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Habiendo escrito lo que escribí en este minarete personal a propósito del empleo de niños como escudos humanos el pasado mes de julio, me declaro completamente de acuerdo con las aseveraciones de los aznaríes de FAES/GEES hoy: Líbano contra Palestina. Trincheras infantiles.
Evidentemente, sobre el empleo de los muertos como escudos humanos o armas arrojadizas en el ámbito político o con fines personales, jamás me pondré de acuerdo con nadie.
Por ello me niego a aceptar todo folklore organizado sobre dicho empleo. A título de ejemplo anoto Testigos del caso Couso recuerdan al fiscal las pruebas contra EEUU: "La familia cree que detrás del intento de archivar la causa hay un gesto político". El argumento de dicha acción folklórica respecto de la Secretaria de Estado Condoleezza Rice es exactamente paralelo al sostenido por tantos respecto de ETA. En el caso Couso lo más eficiente desde el punto de vista de la búsqueda de la verdad y la Justicia habría sido presentar las demandas precisas ante los tribunales en Estados Unidos...
A los muertos hay que enterrarlos, vindicarlos y honrarlos como se debe. Y, con ello, tomar todas las medidas legalmente posibles para evitar que se produzcan más, fuere la causa que fuere de su fallecimiento.
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De entre todas las ingenierías, la facultativa de Caminos Canales y Puertos podría estar en entredicho en España
Las reiteradas inundaciones de túneles en la autovía de circunvalación M-30 que rodea el centro de la ciudad de Madrid no son de recibo.
Siempre, en cada incidente, accidente, emergencia o crisis, afloran los errores de cálculo cometidos con anterioridad. Y todos los agentes implicados, no sólo los facultativos -que también- deben ser examinados sobre sus responsabilidades.
En la M-30 no ha habido muertos a causa de dichas inundaciones. Pero no se puede sostener que sea lo que Dios quiera y no hacer nada al respecto.
Por cierto, este minarete personal tiene su sede no lejos de los cierres del norte de la M-30. Desde él, se ha observado cómo se hicieron las obras y cómo se producen las inundaciones.
El próximo domingo votaré en las elecciones municipales y autonómicas que también se celebrarán en Madrid (a no confundir con toda España).
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Ese día habré terminado de leer un curioso volumen.
El editado por Ramón Sainz de Varanda (sic) en la colección Demos dirigida por Manuel Jiménez de Parga -en 2007, ex presidente del Tribunal Constitucional- debido a Hugh Thomas y otros autores. Titulado El Sistema Establecido (Barcelona: Ariel: 1962) recogía una serie de ensayos sobre el establishment británico hacia 1957, ciertamente rigurosos y no exentos de ingenio.
Después de cincuenta años, un coronel estadounidense de visita en España que ha servido en la Real Academia Militar de Sandhurst me comenta, tras leerle unos párrafos, que todo, de fondo, permanece allí más o menos igual, aunque con mayor legitimidad y eficiencia democrática.
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