2/25/2007

Contra ETA: sobre Juaristi y los 'derrumbes'


Mi respetado Jon Juaristi con Derrumbes hace un magnífico análisis hoy en ABC de cómo en Italia se acabó con el terrorismo de "Brigadas Rojas, los Núcleos Armados Proletarios y todas las bandas surgidas de la socialización del terror".

Pero al igual que el ejemplo irlandés, el italiano tampoco nos sirve salvo para cuestiones muy concretas de carácter operativo.

Juaristi roza en su análisis la justicia con la realidad de la España que es al hablar del papel de los nacionalismos en nuestros lares.

En Italia, el nacionalismo de corte fascista, alejado del liberal proceso de construcción nacional de la propia Italia, produjo el atentado de la Estación de Bolonia el 2 de agosto de 1980 en el fueron asesinadas 85 personas y unas 200 resultaron heridas.

No está de más recordar que , entre otros tantos, los autores de ese crímen fueron protegidos antes y después de esa fecha por sectores enquistados en el aparato del Estado no depurados al iniciarse la transición en España. ¿Recuerda Juaristi lo que pasó en Montejurra?.




En Italia, los terroristas de izquierda que cita carecían de la base social estructurada con la que contaron acá nuestros fascistas locales hasta que Fraga y González liquidaron su viabilidad política. En nuestra patria, el grupo equivalente a esas bandas de criminales de siniestra excusa fue, y parece que sigue siendo, el GRAPO, aparecido significativamente cuando el que fuera Nuevo Estado boqueaba en la misma agonía de su caudillo mientras que la España que es sobrevivía más fuerte que nunca pese a todo ello...

Tampoco está de más señalar que sería deseable que algún historiador, facultado por la academia establecida o símplemente por sus exitos de ventas, explicara documentadamente si tenía sentido el empleo de esas siglas como acrónimo hacía 1977 por parte de sectores demócratas para explicar la inusitada violencia de las acciones de dicho grupo criminal y la no menos rápida capacidad policial para desbaratar sus secuestros y castigar sus asesinatos [GRAPO, Girón, Raimundo (Fernández-Cuesta), Arias, Piñar, Oriol].

Yendo a lo que más preocupa a todos hoy y acá, en Italia, salvo un corto episodio en Alto Adige (Süd Tirol), no había ni hay base social estructurada que, rebosando de percepciones etnicistas y, aún, racistas , pueda sostener a una organización criminal similar a ETA. Ni siquiera la Lega Nord, aliada a Berlusconi y que paseó un blindado casero en el Duomo de Milán en los años de mani puliti, puede presumir de privilegiadas hidalguías y de cartas de limpieza de sangre que usar como ariete de hechos diferenciales.

Acaso, hoy en la España que es, los verdaderos derrumbes que se están produciendo son los que acabarán con todo resto de tales privilegiadas hidalguías y de cartas de limpiezas de sangre que perduran vertical y horizontalmente en la sociedad y en el Estado, pretendan tener asiento territorial o no.

Juaristi, que hace ya más de diez años prologara sólidos y sensatos libros de análisis sobre los componentes de todo nacionalismo, debería tener advertida esa posibilidad... y advertírsela a sus lectores.

Servidor -que es vasco, catalán y salmantino criado en Madrid- jamás aceptará la máxima atribuida al no hace mucho celebrado Cánovas del Castillo "es español quien no puede ser otra cosa".

Servidor vive que ser español es la elección más racional y mejor razonable mediando las circunstancias que a uno le rodean. Por ello se paga, en mi caso con gusto no exento de dolor infligido por otros y jamás aceptado como bueno , un alto precio.

Pero la bondad de ser español por tal elección, ¡ay!, no se percibe entre los separatistas, tampoco entre los separadores, y, sobre todo, ni siquiera existe entre quienes escudándose en la patria que sea, incluida la del dinero, se creen nacidos para mandar.

Y creo que de esto último también tiene conciencia Juaristi. Por eso merece la pena detenerse a meditar y criticar sus escritos.

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