Irak y ETA: memoria del 'sotanillo'

Crecida la muchachada de FAES/GEES en su apoyo al líder máximo en Touché, afirma:

"George Bush ha apostado por la victoria y por la única vía para conseguirla, aunque no será fácil. Pero también ha dejado claro que hay una gran diferencia entre los que combaten el terrorismo, como él, y los que dicen que quieren combatir el terrorismo pero no actúan en consecuencia".

Al efecto, conviene apuntar dos cosas:

1. Meter meramente gente sin una estrategia de estabilización y reconstrucción -es decir, de prevención de la insurgencia- fue el error de la administración Bush secundada por no pocos palmeros neocon. Tal como nuestros celtíberos presentan la iniciativa, la iniciativa de la administración Bush sólo sería más de lo mismo.

Pero, ahora, las cosas pueden ir de otro modo, sabiendo quienes han hecho el manual de contrainsurgencia que FAES/GESS adjudica tan sólo a Petraeus...

... Y, sobre todo, sabiendo quienes asesoran al almirante -que no general, amigos aznaríes- Fallon, teniendo en perspectiva conflictos que pueden aflorar inmediatamente y que no forzósamente han de tener Irán como escenario, pese a lo que diga el excelente Guerra y Paz, y

2. En el sotanillo del PSOE en oposición, servidor públicamente apoyaba una decidida intervención de España al lado de los EE.UU. en Irak. Y lo hacía teniendo en cuenta la repercusión que una implicación abierta y clara -en algún papel no publicable, se leyó 6.000 tíos- de fuerzas de combate españolas en el derrocamiento del régimen de Sadam Hussein tendría en los equilibrios internacionales con que ETA jugaba -y juega- para persistir.

Aznar no se atrevió a luchar contra el terrorismo mediante el empleo táctico de la fuerza militar española en Irak con el objetivo estratégico de romper esos equilibrios usando del concepto de operaciones basadas en los efectos. Dicho concepto, es nueva denominación, del enésimo intento de ajustar el empleo de técnicas para ganar las guerras tan viejas como la Humanidad; por ejemplo, el bombardeo de Dresde para disuadir en lo posible a los soviéticos de seguir avanzando más allá de lo que se fuera a establecer en Yalta.

Ahora las cosas parecen están peor... quizá no sea así, especialmente en las Vascongadas.