12/03/2006

Desde el páramo palentino, con amor


Cunde el nerviosismo en el seno del Partido Popular español, incluso entre los mejores, (aristoi, en griego; elohim, en hebreo).

Así El neo-pacifismo de Zapatero, del senador Ignacio Cosidó, publicado hoy en paralelo a su elogio de Fraga, Don Manuel en Palencia, en el Diario Palentino.

Sostiene nuestro senador que "Rodríguez Zapatero y sus aliados radicales están empeñados en impulsar en España una segunda transición que rompa con el gran pacto político y constitucional que ha permitido tres décadas de paz, libertad y prosperidad inéditas en la historia de nuestro país".

Para ello, mezcla churras con merinas, iraques, treguas y unidades militares de emergencia y, apocalíptico a la vez que integrado, avisa a ZP que:

"A él le corresponde esencialmente corregir un rumbo que lleva a España a un no-alineamiento, un neo-pacifismo y una desnaturalización de las Fuerzas Armadas que aumenta nuestra vulnerabilidad en un mundo cada vez más peligroso".

Cabe acordar con Cosidó en alguna de sus afirmaciones.

Pero ello no se puede hacer sin antes recordar que de esos polvos vienen estos lodos.

José María Aznar ideó La Segunda Transición (Madrid: Espasa-Calpe: 1994) sin atender a otras razones que las de sus intereses e ideólogos.

En asuntos de Seguridad y Defensa, Aznar y sus gobiernos desnaturalizaron políticamente el ejército nacional, convirtiéndolo en profesional, e, incluso, manipularon -eso sí, dentro de la Ley- la misma computación en contabilidad nacional del gasto efectivo en materia de Defensa... no hablemos, de momento, del refuerzo de las otras opciones nacionalistas presentes en España, que, sin saber ni querer, Aznar indujo con sus castizas y bizarras políticas...

Tal vez tenía altos fines... no sé.

En todo caso, me preocupa la ausencia de comentario alguno por parte de nuestro senador por Palencia sobre las intenciones de la casa Renault -tan vinculada históricamente en España a la familia Valdivielso- sobre el cierre de la producción de la plataforma Megane... precisamente en Palencia.

Tal vez, todo quede como la fábrica de armas de Trubia, en Asturias (vid. foto), que alguna vez soñó con fabricar los primeros -y únicos- carros de combate de diseño nacional...

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