Antes de coger la sahariana (léase la versión modernizada de la vieja AS-42 italiana, en la foto) para vigilar y proteger lo que nos hace falta...
... quizá convendría que España tuviera un único documento sobre la estrategia nacional a seguir por todas las agencias públicas para asegurar su futuro. Esa, digamos, gran estrategia, debería integrar, limitando particularismos de cuerpo, territorio, empresa o partido, los siguientes extremos:
- Diplomacia
- Defensa
- Desarrollo, y
- Comercio.
En un velero, cada palo aguanta su vela, sí, pero no se pretende que los palos y las velas no estén gobernados por el capitán: en caso contrario, el velero es pontón y, cuando no, pecio.
Dicho de otro modo. En España, las taifas, tanto verticales como horizontales, generan efectos indeseables...
No hay nada que inventar: hay múltiples ejemplos democráticos a usar como modelo.
Así, el oficialmente bilingüe y multicultural Canadá. Desde agosto de 2005, su Primer Ministro emitió, con el apoyo parlamentario preciso, el Canada’s International Policy Statement. A Role of Pride and Influence in the World.
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Como no faltarán gentes cultivadas que, ante tal novedad, teman por sus posiciones verticales y horizontales de poder tradicional, conviene anotar una vieja carta de Felipe II a uno de sus oficiales citada por Geoffrey Parker en su La gran estrategia de Felipe II. (Madrid: Alianza Editorial. 1999, pg. 451):
"Duque, primo: Los grandes y continuos y forçosos gastos que he hecho de muchos años desta parte por la defensa de nuestra sancta fe católica y conservación de mis reynos y señoríos son tan notorios como se save, y los muchos que se an acrecentado con la guerra de Inglaterra y las novedades de Francia, a las cuales no he podido, y no puedo, faltar tan precisa obligación para con Dios y el mundo de acudir a ellas, y también porque prevaleciendo los ereges (lo que su divina majestad no permita) no se abriese puerta a maiores daños y peligros, y a tener la guerra en casa”.
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