El GEES ha echado su cuarto a espadas sobre la Cumbre de la Alianza Atlántica en Riga en su comentario La OTAN se congela, publicado sindicadamente hoy.
Como no podía ser menos, sigue la estela del artículo Por qué la OTAN debe evolucionar, también publicado sindicadamente en España por Helen Hale, de la Fundación Heritage.
No pocas de las consideraciones y valoraciones contenidas en ambos papeles son de utilidad, sobre todo cara a mantener una alianza transatlántica política y militarmente estable.
Pero este minarete personal se detiene hoy sobre la variación española que, sobre el tema principal, presenta el GEES en su aportación. Así, y transcribo:
- "Nuestras Fuerzas Armadas, con 130.000 efectivos, sólo aspiran a desplegar algo más de 2.000 soldados en un momento dado. Esa proporción de usabilidad (sic) sólo se mejorará hoy por hoy con más soldados. Y eso requiere más dinero, pero, eso sí, para las partidas apropiadas de desplegabilidad (sic) , proyección y sostenimiento de la fuerza en teatros de operaciones. Es decir, para actuar, no para desfilar con sistemas muy lucidos por la Castellana".
- "Es de esperar que los burócratas de turno lograrán un comunicado en el que los problemas de fondo queden difuminados y se subrayen las promesas para el futuro. Pero si la OTAN no logra ponerse de acuerdo sobre cómo consolidar la democracia y la libertad en Afganistán, encajará una terrible derrota. Tampoco será una sorpresa. En su primera guerra, la que lanzó voluntariamente contra Serbia bajo las órdenes de Javier Solana, por poco pierde".
Ante ello, no puedo dejar de mostrar mi sorpresa, pues, ante la primera andanada, cabe señalar que:
- Los presupuestos de Defensa de España para el ejercicio 2007 empiezan computar en la contabilidad nacional los gastos de hecho que el PP en el poder transfirió a futuro a partir de 1996 para lograr el "déficit cero", obsesión de sus gestores económicos.
- Las partidas de gasto real pero no computado del periodo 1996 y 2004 se dedicaron -y ¡ay!, hoy todavía- a sistemas de armas que ya entonces estaban fuera de las exigencias de "desplegabilidad (sic), proyección y sostenimiento de la fuerza en teatros de operaciones" que hoy reclama el GEES.
- La disponibilidad -término castellano que juzgo mejor que el neologismo "usabilidad"- de medios adecuados y doctrinas ajustadas para afrontar los conflictos entonces emergentes eran ya tratados por los mejores autores en la materia. Eran los tiempos en que afloró el concepto de Revolución en los Asuntos Militares, primero, y, luego, el entonces novedoso proceso de Transformación de las Fuerzas Armadas, hoy extendido a conjunto de políticas de estado relacionadas con a Defensa y la Seguridad, y
- Nunca se vió ni se leyó de los integrantes del GEES, entonces en posiciones de poder ejecutivo o académico, opiniones divergentes o análisis distintos respecto de los vinculados por disciplina de partido -o sindicación de intereses políticos y académicos personales- que condujeron a las decisiones que afectan a los hechos tratados en los puntos 1. y 2. de este listado.
Respecto de la segunda andanada, no siendo Javier Solana santo de mi especial devoción aunque fuera o pudiera ser mi jefe político, cabe señalar que:
- La intervención de OTAN en Kosovo para 1999, fue solicitada por los EE.UU. y respaldada por unanimidad política de todos los países miembros entonces miembros del Consejo Atlántico. Una unanimidad, ésta, siempre necesaria hasta hoy para no perder coherencia -y fuerza- política en defensa de los comunes intereses occidentales.
- La guerra estuvo a punto de perderse -políticamente, como todas las guerras- cuando el SACEUR Clark ordenó avanzar en orden de combate sobre los 200 paracaidistas rusos apostados por sorpresa en el aeropuerto de Prístina para proteger, políticamente, a las fuerzas serbias. Afortunadamente, el general "Dark Vader" Jackson, al mando de todas las fuerzas de combate aliadas sobre el terreno, se negó a obedecer un tiempo preciso. El necesario para que su gobierno -el británico- realizara las negociaciones que final y políticamente dieron a la guerra un fin positivo para los intereses aliados, y
- Cabe reconocer que, al menos, Solana tuvo la capacidad política de sostener la coherencia estratégica de la OTAN aún sabiendo -y conservando hasta hoy- de su amistad personal con Clark. El hecho cierto es que, en 2006, la secesión de Kosovo es indeseable para la mayoría de los intereses occidentales, cosa que no sucedió en las anteriores producidas en los Balcanes.
Cabe anotar que, pese a su posterior militancia como miembro del Partido Demócrata siendo ya civil, Clark siempre ha sido intelectualmente muy afín a ciertos prejuicios y convenciones estratégicas y operacionales... Las mismas que dominaban al equipo de Bush junior que llevó, años después tras gran algarabía del GEES, al actual empantamiento en Irak -la guerra que la OTAN no pudo librar con tal- y Afganistán.
Sorprende, a la postre, el uso común despectivo de la palabra burócratas hecho por el GEES en esta entrega. Quién haya leído -al menos, a clásicos españoles recientes como Maravall el viejo o el eterno García de Enterría- sabe que las dos burocracias clave del Estado moderno y contemporáneo son la diplomática y la militar, sin las cuales, ni hay Estado, ni OTAN...
... ni siquiera thinks-tanks como lo es, en sus mejores horas, no hoy, el GEES.
***
P.S. Por cierto, pese a la reciente subida salarial acá, ¿saben los amables lectores de este minarete personal cuanto más cobran los militares profesionales estadounidenses respecto de los españoles?
Para ello, este servidor ruega que valoren en euros constantes, no sólo costes teóricos de oportunidad para el conjunto de la sociedad, sino conceptos tales como sueldos base, antigüedad, primas diversas y dietas en campaña junto a retribuciones indirectas y que deduzcan, en todo caso, la diferencia del nivel de vida y del prestigio de los militares que culminan su carrera en dicha profesión y compiten luego en el mercado laboral civil.
No hay comentarios:
Publicar un comentario