11/26/2006

Contra ETA: un error tipográfico de la Conferencia Episcopal

La Conferencia Episcopal Española (CEE) emitió el pasado viernes 24 de noviembre una Instrucción Pastoral titulada "Orientaciones morales ante la situación actual de España", de la que a las 12:00 del domingo sólo está reflejada en su página electrónica un resúmen.

Transcribo, extraído de ella y en su literalidad, el índice de dicha Instrucción Pastoral:


INDICE


Introducción

I.- Una situación nueva fuerte oleada de laicismo

A. La reconciliación, amenazada
B. La difusión de la mentalidad laicista
C. Sobre las causas de la situación

II.- Responsabilidad de la Iglesia y de los cristianos
A. Superar la desesperanza, el enfrentamiento y el sometimiento
B. Anunciar el gran "sí" de Dios a la Humanidad en Jesucristo

III.- Discernimiento y orientaciones morales
A. Desde una identidad católica vigorosa
B. Caridad social, para el fortalecimiento de la vida pública
a. La Iglesia y la sociedad civil
b. Algunas cuestiones que dilucidar
1. Democracia y moral
2. El servicio al bien común
3. Mejorar la democracia
4. Respeto y promoción de la libertad religiosa
5. El terrorismo
6. Los nacionalismos y sus exigencias morales
7. El ejercicio de la caridad

Conclusión

Adicionalmente a las notas de prensa emitidas por su Oficina de Información, la CEE ha publicado los puntos directamente concernientes al terrorismo, que también transcribo en su literalidad, extraídos de su página electrónica a las 12:05

NOTA DE PRENSA

Madrid, 24 de noviembre de 2006

Ante el interés suscitado en los medios de comunicación, y con el fin de que este texto sea conocido en su integridad, la Oficina de Información de la Conferencia Episcopal Española adelanta el epígrafe sobre el terrorismo, correspondiente a la Instrucción Pastoral Orientaciones morales ante la situación actual en España, Instrucción que se presentará a lo largo de la próxima semana:


5. El terrorismo


65. Todos los Obispos españoles hemos recordado en diversas ocasiones la neta enseñanza de la moral católica respecto de un fenómeno tan inhumano como el terrorismo36. Llamamos terrorismo a la práctica del crimen y de cualquier género de extorsión con el fin de conseguir objetivos políticos, sociales o económicos mediante el terror, con la paralización y el sometimiento de la población y de las instituciones legítimas. Tal práctica es intrínsecamente perversa, del todo incompatible con una visión moral de la vida, justa y razonable. No sólo vulnera gravemente el derecho a la vida y a la libertad, sino que es muestra de la más dura intolerancia y totalitarismo.

66. Como ciudadanos y como cristianos deseamos ardientemente el fin de toda actividad terrorista, que tan duramente ha castigado durante casi cuarenta años no sólo al País Vasco y a Navarra, sino a toda España. El gobierno, los partidos políticos y todas las instituciones estatales tienen que trabajar conjuntamente, con todos los medios legítimos a su alcance, para que llegue cuanto antes el fin del terrorismo. Todos están obligados a anteponer la unión contra el terrorismo a sus legítimas diferencias políticas o estratégicas. A nadie le es lícito buscar ninguna ventaja política en la existencia de esta dura amenaza. Las instituciones sociales y religiosas, y cada ciudadano, estamos, por nuestra parte obligados, a prestar nuestra colaboración específica en este inaplazable empeño. Exhortamos de nuevo a rogar a Dios por el fin del terrorismo y la conversión de los terroristas.

67. Al tratar este asunto, queremos expresar nuestro afecto, nuestro respeto y nuestra sincera solidaridad con las víctimas, con sus familiares y amigos, con todas las personas que han sufrido directa o indirectamente los golpes del terrorismo. Y agradecemos los esfuerzos justos de tantas personas e instituciones encaminados a la desaparición del terrorismo y a la reconciliación. Al mismo tiempo, proclamamos que es objetivamente ilícita cualquier colaboración con los terroristas, con los que los apoyan, encubren o respaldan en sus acciones criminales.

68. Una sociedad que quiera ser libre y justa no puede reconocer explícita ni implícitamente a una organización terrorista como representante político legítimo de ningún sector de la población, ni puede tenerla como interlocutor político. Los eventuales contactos de la autoridad pública con los terroristas han de excluir todos los asuntos referentes a la organización política de la sociedad y ceñirse a establecer las condiciones conducentes a la desaparición de la organización terrorista, en nuestro caso, de ETA. La exigencia primordial para la normalización de la sociedad y la reconciliación entre los ciudadanos es el cese absoluto de toda violencia y la renuncia neta de los terroristas a imponer sus proyectos mediante la violencia. La justicia, que es el fundamento indispensable de la convivencia, quedaría herida si los terroristas lograran total o parcialmente sus objetivos por medio de concesiones políticas que legitimaran falsamente el ejercicio del terror. Una sociedad madura, y más si está animada por un espíritu cristiano, podría adoptar, en algunos casos, alguna medida de indulgencia que facilitara el fin de la violencia. Pero nada de esto se puede ni se debe hacer sin que los terroristas renuncien definitivamente a utilizar la violencia y el terror como instrumento de presión.

69. El terrorismo no produce sólo daños materiales y desgracias personales y familiares; genera también en la sociedad un grave deterioro moral. La vida, la integridad física y la dignidad de las personas se convierten en moneda de cambio de objetivos políticos; la fuerza tiende a convertirse en factor decisivo en la organización de la vida pública; el que piensa de otra manera no es sólo un adversario, sino que se convierte también en enemigo. Por eso, la respuesta de la sociedad frente a la amenaza terrorista no podrá ser suficientemente firme y efectiva, mientras no se apoye en una conciencia moral colectiva sólidamente arraigada en el reconocimiento de la ley moral que protege la dignidad y la libertad de las personas. En esta tarea la Iglesia y los católicos queremos ofrecer resueltamente nuestra mejor colaboración.

Madrid, 24 de noviembre de 2006

***

Tal como ocurre con las leyes civiles comunes, ningún texto eclesiástico puede ser interpretado con rigor sin atenerse al contenido completo del mismo.

Por ello, este servidor espera con paciencia a la publicación del texto completo de la Instrucción Pastoral "Orientaciones morales ante la situación actual de España" en un formato inmanipulable para estudiar y meditar sobre su mensaje.

Por ello, llama la atención sobre el error tipográfico existente en la primera frase del parágrafo 65 ya transcrito.

En su literalidad, dicha frase es la que sigue: "Todos los Obispos españoles hemos recordado en diversas ocasiones la neta enseñanza de la moral católica respecto de un fenómeno tan inhumano como el terrorismo36."

Sin necesidad de recurrir a tal arte y sin darse pisto de cabalista este servidor, al leer del número 36 en esa frase, ha sentido escalofrío, oidas y leidas tantas consignas y letanías recientes, a izquierda y a derecha, sobre la guerra que identificamos con ese número.

***

A ETA, y sólo a ETA, le corresponde remover todos los obstáculos:

  1. Si alguno de sus 'borrokides' no quiere obedecer, ahí tendrán ocasión de aplicar el 'antecedente irlandés', y
  2. Sin alardes, tendrán que entregar todas las armas e infraestructuras.


Y tengan todos por cierto que la comisión de comprobación vestirá, de corazón, en verde oscuro.

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