Del toro de Osborne y la dependencia energética

El toro de Osborne, sello comercial de los vinos y licores producidos por una familia de origen inglés asentada en Andalucía y persistente también en EE.UU.

El toro de Osborne es el icono nacional español del siglo XX. Desde hace años, todo nacionalista español que se precia pone pegatinas con su imagen en sus vehículos y enarbola banderas selladas con él, ya sea en manifestaciones contra el Gobierno -cuando este es del PSOE- o en los campos de fútbol... hace ya tiempo que desaparecieron las águilas imperiales.

A finales de los años 80 del siglo pasado, la estampa del toro de Osborne en las carreteras españolas pudo desaparecer si no se hubiera hecho una excepción en la ley que prohibiría la exhibición de carteles publicitarios en las autovías y autopistas españolas.

Todos los toros de Osborne se mantuvieron, originando con ello el inicio de las prácticas descritas por los nacionalistas españoles. ¿Quién se tomó interés en el asunto?: Felipe González.

Si alguien puede confirmar esta historia, es Julio Feo.

La bandera española tiene origen en la necesidad de identificar los buques de la Armadas española en alta mar y no confudirlos con franceses y el toro de Osborne señala a distancia que los caldos de la famila anglo-andaluza son de primera.

Lo curioso es, mis queridos compatriotas a derecha y a izquierda, que desde Mariana Pineda a Felipe González, todos los símbolos de la nación española se han fijado por acciones y decisiones políticas de la izquierda.

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Dos preguntas; si en Europa dependemos estratégicamente del petróleo y del gas natural e Irán, además de tener esos recursos, parece necesitar la energía nuclear para su desarrollo y bienestar, y eso condiciona todas las negociaciones:

1. ¿Quienes se están equivocando -sin querer, por supuesto- al negarse a lanzar programas de construcción de centrales electricas basadas en el uso pacífico de la energía nuclear, por ejemplo?, y
2. ¿Necesitaría Irán verdaderamente su programa nuclear publicitado como pacífico si siguiera los criterios europeos en materia de seguridad de suministro energético?.

Ay, ay, ay... a alguno le están tomando el pelo y la cornamenta y no quiero ser yo.

¡Ay!, torito guapo...