9/08/2006

La destrucción del ejército nacional en España. Las consecuencias 10 años después, 10

En plena unificación estatal, y aún aventurando los entonces llamados dividendos de la paz, Alemania no decidió eliminar el servicio militar obligatorio.
En términos relativos, ha reducido su esfuerzo fiscal en Seguridad y Defensa durantes estos años, pero mantiente esa prestación ciudadana como factor de cohesión nacional, que siempre es antes social. Sus pacificadores, profesionales extraídos de la curva logística de población que activa la mili, cuentan con medios todavía inéditos en otros lares para asegurar su supervivencia y operatividad, (en la foto, un vehículo de patrulla Dingo, en servicio desde 2000 y muy práctico para transportar 5 hombres y los debidos equipos, tras la explosión de una mina en Afganistán: salieron vivos y coleando).
Claro que tienen problemas en los asuntos de Seguridad y Defensa, pero Alemania calcula bien qué riesgos puede asumir y cuales no. Yendo a lo actual, por ello no habrá tropas alemanas en El Líbano, no sea que tengan algún contacto hostíl con los israelíes, cuyo ejército es el único verdaderamente nacional y popular -es decir, democráticamente constituido y gobernado- del Oriente Medio.
Aquí, hace diez años, diez:
  • Políticamente, buscando objetivos distintos, Aznar y Pujol se cargaron en 1996 con los pactos del Majestic la posibilidad entonces existente de construir en España el inédito ejército nacional, formado por ciudadanos libres y responsables a partir de la superación del viejo modelo coercitivo de mili.
  • Emergía un entonces joven dirigente del PP dirigía una asociación civil a favor de la instauracion del ejército bajo contrata en la que figuraban, no sólo comunistas, sino militantes de los llamados nacionalismos periféricos más extremos.
  • La mayoría del pueblo y la totalidad de las elites de poder -excepto Felipe González y tal vez Fraga- se felicitaron por la medida. Contra la misma, cuando se iniciaba la ejecución práctica, servidor publicó en El País del 12 de enero de 1998 el artículo Ante la desnacionalización del ejército, avisando de lo por venir de la forma más leal que pudo .
Aquí, diez años después, diez:
  • Pujol señaló ayer día 7, “Davant duna històrica cruïlla i d’un gran repte” factores estructurales que apoyan sus tesis para ir más allá en la acción política de sus fieles, con el tiempo. Si nos atenemos a la enumeración hecha por el Honorable resulta que las políticas levantinas de Aznar, entre sus iniciales vacaciones de Oropesa y la adquisición sucesiva de sus segundas residencias en Marbella tras salir del gobierno, incentivaron el aislamiento físico y mental de Cataluña respecto del resto de España, detectable en materia de comunicaciones ferroviarias y culturales.
  • Nuestro hoy senador de Palencia por el PP, Ignacio Cosidó, es figura en el conglomerado aznarí GEES/FAES, digno de respeto pero no exento de crítica leal, como de mi boca directamente sabe. La Guardia Civil, donde sirvió durante ocho años como jefe del gabinete de su Director General, sigue gastando en personal y mantenimiento el 90% de su presupuesto sin que se hubiera producido en todo este tiempo la necesaria renovación que haría más eficiente el potencial de futuro que facilita su calidad de instituto armado de carácter militar. Las consecuencias, a partir del Consejo de Ministros de hoy mismo.
  • No hay aportación humana suficiente para seleccionar entre los españoles, no sólo a la mejor tropa, sino a los mejores candidatos a ser oficiales. Ni aún así, muerto un español nacido peruano en Afganistán, a nadie se le ocurre filtrar adecuadamente a los supervivientes de los cayucos. Ello haría posible ofrecer a los mejores y más fiables la oportunidad de servir a España en nuestras Fuerzas Armadas como paso previo a su conversión en ciudadanos españoles de pleno derecho, cubriendo los huecos que los nacidos acá dejamos por conveniencia personal y social.

Cierto es, como se ha apuntado sobre Alemania, en todas partes hay problemas. Desde EE.UU. esta madrugada, escrito por un combatiente que sirve lealmente a la Casa Blanca y al Capitolio, me ha llegado un comentario genérico que trancribo abajo. Sobre España, gracias Fabio Máximo por tu comentario a Tras el debate sobre El Líbano: un análisis catalán previo .

Como se ha intentado por algunos pocos desde 1996, lo que toca en 2006, en todas partes y aquí especialmente, es controlar y limitar los daños hasta donde sea humanamente posible.

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Una de las cuestiones más intransigentes (es decir, insolubles) es la del papel de la cuidadania en la defense nacional. La administracion corriente en EEUU sufre de esto porque habla del "conflicto principal del siglo XXI" pero rechaza la necesidad de movilizar la nación - o sea en forma de aumentar el ejercito, imponer las impuestas totalmente imprescindibles, o sencillamente demandar que los vecinos del barrio hacen cualquier sacrificio para soportar la lucha. Con esta contradicción empieza la falta de credibilidad y despues la derrota.

Creo que estamos en el portal de una definición nueva de la relación militar-civil. Todos debemos pensar en la forma de relacion que nos servira en el futuro. Por lo menos, porque no podemos asumir los gastos crecientes de los servicios de alquiler. Ya tenemos enfrente unas decisiones bien dificiles y todas impuestas porque los recursos económicos hoy no son lo que fueron.

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