9/25/2006


El rey David subió desnudo y balilando a la fortaleza de Jebus y, consagrándo así ese suelo recién conquistado, fundó Jerusalén. Con ello, refundó la religión de mis mayores, precedida siempre por la fe.
Dicho esto, y lejos de ello, no hay nada que objetar a la magnífica foto de Carlos Barajas publicada hoy en El Mundo. Si acaso, avisar a Nacho, Mariano y Ángel de que, tal vez, la decisión editorial está cargada de sentido.
No es que Acebes se parezca al director de El Mundo, no; el problema es que si mi general Veguillas -asesinado por ETA hace tantos años ya- viera la instantánea, reconocería de inmediato en Acebes cierta pose y cierto gesto: los de Malcolm McDowell representando a Calígula, en una de las mejores adaptaciones cinematográficas que se han realizado de una pieza de teatro, mediando Gore Vidal mal que le pesara, la que escribiera Albert Camus en 1944 sobre la pasión desmedida por el poder.
El libro es casi es inencontrable; la película, casi seguro, en las tiendas de pelis X.
Buenas noches y buena suerte... para todos nosotros.

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