La campaña de los 33 días en El Líbano ha conmocionado a los analistas occidentales. Los padres y los abuelos de las tropas israelíes reclamaban una ofensiva convencional al viejo estilo que ellos realizaron en 1956, 1967, 1973 e, incluso, en 1982. Ello no era posible.
La ofensiva de 2006 tuvo que recurrir, para limitar daños directos sobre la población civil, para reservar los medios pesados en terreno montañoso y para evitar una derrota militar del alcance estratégico en toda regla, al envío de infantería por delante de los carros de combate.
Las fuerzas terrestres israelíes, comprobando inútil su innegable superioridad aérea y artillera, tuvieron que desbrozar, combatiendo, el terreno. Ocasiones hubo en que los combates parciales pudieron derivar en desastres operacionales con indudables consecuencias políticas interiores.
Lo peor es que la superioridad tecnológica no ha servido de nada. Por ejemplo, Hizbulláh ha usado comunicaciones de radio basadas en transistores fabricados por los soviéticos en los años sesenta del siglo pasado. La resistencia de estos antiguos aparatos de radio a las contramedidas electrónicas de interferencia y captación sólo ha sido comparable a la eficiencia de su cifrado de mensajes. Los padres y abuelos de los soldados israelíes que tuvieran conocimiento adquirido hace 30 ó 40 años sobre tales equipos habrán sido reclamados estos días para formar a sus nietos e hijos en los viejos procedimientos para combatirlos.
En éste, como en otros muchos aspectos, la industria de defensa occidental ha sido vencida por inéditas combinatorias de tecnologías obsoletas y novedosas y de procedimientos acá olvidados y de otros inimaginados. Los carros de combate Merkava IV, no menos protegidos que nuestros Leopardos A6 en proceso de fabricación en España, han sido abiertos como latas de sardinas, siendo útiles a la postre para la evacuación de heridos bajo el fuego.
Anthony H. Cordesman, del CSIS de Washington, ha librado el 17 de agosto pasado un primer estudio, 'Preliminary Lessons of the Israeli-Hezbollah War' , bien fundamentado en los datos reales, que no televisivos, sobre los combates.
Su lectura es conveniente; el análisis de lo que está pasando y de sus posibles derivaciones y aplicaciones, cotejando con otras fuentes, inexcusable.
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