Urgente: Afganistán, titulares e intenciones

En los chiqueros del quirófano leo Matanza en Afganistán por bombas de la OTAN en El País.

Cuando se lee el contenido resulta que el bombardeo se realizó sobre unos camiones de combustible robados por el talibán, uno de los cuales resultó embarrado dando lugar a que los lugareños acudieran al reparto de fuel que de inmediato organizó el talibán... muestra típica de las condiciones de dicha guerra, que es híbrida, y de la que saca tajada del gobernador local, que seguro tiene comisión en el robo...

Sin ninguna consternación leo a Bardají ¿Morir por Kabul? en ABC y a Florentino Portero Es una guerra en Libertad Digital. Cada uno en su estilo, sirviendo a su señor, los aznaríes de FAES-GEES empiezan a poner en duda la presencia española en Afganistán, ahora que parece que no se oculta que los más nuestros combaten y combatirán. Ya influyeron ambos analistas bastante para que su amado "ejército profesional" -pactado con Pujol- no estuviera en primera línea de fuego en la legítima campaña contra Sadam desde el primer día, no se les rompiera cierto y (h)errado concepto de disuasión, digamos, interior. El TGral (r) Narro no debe darse por aludido: él nunca dirá nada como 'Todo por Obama" ni será socio de Murdoch, de Briattore y del 'valenciano' Ecclestone.

Tengo amigos en ABC y un conocido que es director de Comunicación del MDE. Ya les adelanto a todos los citados que, si las Fuerzas Armadas españolas se implican claramente, mediante medios terrestres, en lo que delante de un tal José Enrique Serrano declaré que era guerra ya en 2001 se tendrá una oportunidad de oro para culminar la reforma militar iniciada hace más de 30 años.

El Ejército dejará de mantener más o menos activa vocación de burocrática guarnición, los medios a disponer serán los necesarios militarmente -no los que impongan los intereses creados- la revista ATENEA tendrá mejores contenidos y la fuerza se dedicará a estar preparada para combatir en defensa de los intereses nacionales de España fuera de nuestras fronteras, sóla o en compañía de buenos aliados, como los EE.UU. e Italia lo son hoy en Afganistán. Esto exige, claro está, la desactivación del obtuso y subvencionado pacifismo de la izquierda española que sólo encuentra referencias ya en Moratinos el Aecid, epítome hoy del aido-pajinismo producto de la intelectualidad y el artisteo -incluyendo al "rosadiázrio" Savater- promotor del cultivo de cannabis por los sesentones de la quinta del 68 y de la 'coca' intervencionista bolivariana.

De paso, los independentistas de derechas y de izquierdas catalanes, vascos y canarios perderán así todo argumento, pues de todos es sabido que todos los nacionalistas -perdón, quise decir extremos- se juntan para matar la burra y repartirse el pastel.