6/22/2009

En defensa de una viuda, contra un cabrón


Leo y compruebo los contenidos de El País: "Es mejor que las viudas no hablen".

El "burukide" que lo ha dicho sin dar la cara es un cabrón.

La señora Francisca Hernández, viuda de Eduardo Puelles, como cientos de otras viudas, tienen derecho a hablar. Tanto más cuanto dicen lo más próximo a la verdad en que lo es humanamente posible.

El "burukide" de referencia -ya sabemos quién es- ha afirmado textualmente: "En esas circunstancias no se puede dejar el discurso a la viuda. Fue una situación durísima. La mujer lo mezcló todo. Hizo referencias muy duras a las familias de los presos. Supongo que estaría sedada a tope. Eso lo tienen que cuidar. Es mejor que las viudas no hablen". Este "burukide" se parece a aquellos que ocultaban a las viudas que hacía ETA para que no hablaran de la dejadez de las autoridades, hace más de tres decenios. Hunos y hotros querían jugar su propio juego, a costa de las viudas. Pero eso se ha acabado.

Sobre lo que dijo López, el cabrón que digo afirmó "Nosotros, tenemos 30 años de experiencia, con altos y bajos, y eso ha hecho que nuestras palabras sean más atemperadas y realistas".

A López no le voy a defender pero a la viuda de Puelles y al resto de viudas, si.

Doña Francisca Hernández, aún sedada, al salir de su casa para ir al funeral por su marido, dijo una verdad que todos sabemos ante Antena 3TV en estos o parecidos términos "Son asesinos y lo suyo es un negocio, nada más que un negocio".

Sospecho que el "burukide" cabrón que digo lleva participando de ese negocio los 30 años que dice. Y son muchos, también entre las filas de quienes chillan en contra de ETA pero que pagan y cobran por hacerlo, los que viven de ese negocio.

Que sepan estos que digo que, como dijo la señora Fernández "hay mucha gente como mi marido, ¡mucha!, y no van a poder con ellos".

Entre otras cosas porque esa gente -entre los que me incluyo- consideramos como hijos propios a todos los huérfanos que han hecho los sicarios de ETA y los que los alientan dentro y fuera de su "entorno".

Nuestro deber no es vengarnos, "burukide" cabrón; nuestro deber es pacificar y estabilizar las Provinicias Vascongadas como casi se ha logrado en el Viejo Reino de Navarra. Ya os daréis cuenta, entonces, de lo cabrones que sois. Os lo demostrarán vuestras mujeres -o maridos- cuando vean que las cuentas no os salen...

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Amen.

Antonio dijo...

Si la viuda del inspector dice que eso es un negocio, nada más que un negocio, debe tener mucha razón. Cuántas cosas le contaría su marido sobre esos perros cobardes, cuánto sabrá esa mujer.
A por ellos, sin contemplaciones ni bobadas. A por ellos a muerte.

Jorge Aspizua Turrión dijo...

Muertos no nos sirven. Detenidos, interrogados, juzgados y, en su caso, penados de por vida en presidio si. A sus colaboradores directos, más o menos lo mismo. Y a los indirectos, que se jodan viendo la victoria de la libertad y la decencia de la mayoría de los españoles, que también los vascos lo son. En mi caso, yo soy vasco y no tengo miedo de proclamarlo en alto, por ser español