Rescatados los dos empresarios españoles atrapados en el hotel Trident de Bombay, felicitémosnos. Pero recordemos en qué contexto estamos viviendo en España las crisis bélicas -y económicas- con alcance global en curso.
Inmediatamente después de los atentados de septiembre de 2001, sostuve que estábamos en guerra ante mis correligionarios del "sotanillo". Hubo quien me calificó, quiero creer que cariñosamente y sin posteriores consecuencias, de loco.
Inmediatamente después de los atentados de septiembre de 2001, sostuve que estábamos en guerra ante mis correligionarios del "sotanillo". Hubo quien me calificó, quiero creer que cariñosamente y sin posteriores consecuencias, de loco.
Desgraciadamente, esa guerra nos habia sido declarada. El gobierno de Aznar, a la postre, sólo recogió el guante a medias. Aún con mayoría absoluta en las Cámaras de representación de la soberanía nacional, se dejó llevar de una mala prudencia al no usar de todos los medios civiles y militares para combatir la agresión junto a nuestros socios y aliados. Y ello, por no poner en riesgo sus propias bases de poder, físicas e intelectuales...
En el entorno socialista, mis posiciones eran entonces y son hoy minoritarias y, casi, aisladas.
Toda guerra conlleva cambios en el interior de los países que las libran. Al intentar evitar todo riesgo de cambio interior, limitando toda acción efectiva en apoyo de nuestros socios y aliados, Aznar inconscientemente incrementó las vulnerabilidades de España como Estado y como nación. Supongo que un detenido examen de conciencia llevaría a cualquiera en sus circunstancias a reconocer que su política efectiva de apoyo limitado a las operaciones militares de los EE.UU. y resto de socios y aliados, fue a la postre la mayor de sus faltas...
Desgraciadamente, en mi opinión, el éxito social de la oposición del PSOE a la guerra ha coadyudado al incremento de las vulnerabilidades en España desde 2004 para acá. Los ajustes en materia de Seguridad y de Defensa habidos hasta hoy parecen no haber afectado para nada a las líneas de pensamiento y acción de la estructura de Seguridad y Defensa, una estructura que "facultativamente" aconsejó esa mala prudencia al "príncipe" de Quintanilla de Onésimo. No ha habido cambios, pues no se ha reconocido que afrontamos una guerra.
Siguiendo lo aportado por el TGral. británico John Kiszely en el ya reiteradamente citado ensayo Post-Modern Challenges for Modern Warriors, esta guerra no está limitada al choque entre ejércitos regulares -que puede aflorar dentro de la guerra en curso con un enfrentamiento entre potencias nucleares como India y Pakistán tras el asalto terrorista en Bombay- sino que:
"(la guerra) no se desarrolla de forma linear, los cambios que implica no son tecnológicos, formulativos o mecánicos en lo conceptual. Por ejemplo, no es fácilmente discernible la diferencia entre paz y guerra; no hay definición sobre qué es "victoria" o sobre qué es "derrota". El enemigo no es evidente, no se puede identificar, literal o figurativamente, con facilidad y, además, muta diariamente. El éxito no se basa en la destrucción del enemigo, sino en impedir su capacidad de maniobra privándole de apoyos populares y ganándole por la mano. La contienda no se libra en un campo de batalla sino en un entorno civil complejo, 'entre la gente'. No es una contienda primordialmente militar...".
"(la guerra) no se desarrolla de forma linear, los cambios que implica no son tecnológicos, formulativos o mecánicos en lo conceptual. Por ejemplo, no es fácilmente discernible la diferencia entre paz y guerra; no hay definición sobre qué es "victoria" o sobre qué es "derrota". El enemigo no es evidente, no se puede identificar, literal o figurativamente, con facilidad y, además, muta diariamente. El éxito no se basa en la destrucción del enemigo, sino en impedir su capacidad de maniobra privándole de apoyos populares y ganándole por la mano. La contienda no se libra en un campo de batalla sino en un entorno civil complejo, 'entre la gente'. No es una contienda primordialmente militar...".
Va para tres años que, conversando en una plaza fuerte de Virginia con varios de los pensadores que entonces diseñaban el "surge" que fijaría el TGral Petraeus y que iban definiendo "estrategias" hoy fijadas por el Secretario de Defensa Gates, convinimos en similar apreciación. En el campo de lo práctico, acordamos que habría que actuar teniendo en cuenta que la fricción en esta guerra sería equivalente a la existente entre moléculas de agua caliente en choque con moléculas de agua fría; esto es, casi inapreciable en cada detalle, pero con un potencial de energía destructiva capaz de causar daños a la larga como la famosa "corriente de El Niño", a veces aflorando traumáticamente, casi por sorpresa. Hablábamos en estrictos términos "clausewitzianos" de guerra, esto es, hablábamos de política...
Servidor tenía en mente lo sucedido en Madrid el 11 de marzo de 2004 y sus efectos durante años que alcanzan hasta hoy. Tenía muy frescas las especulaciones que buscaban desviar la "autoría intelectual" del crímen a tal o cual facción o partido; todavía hoy, Dios sabe por qué, hay quien intenta negar que AlQaeda fue el "autor intelectual inorgánico" de aquellos crímenes.
Servidor tenía en mente lo sucedido en Madrid el 11 de marzo de 2004 y sus efectos durante años que alcanzan hasta hoy. Tenía muy frescas las especulaciones que buscaban desviar la "autoría intelectual" del crímen a tal o cual facción o partido; todavía hoy, Dios sabe por qué, hay quien intenta negar que AlQaeda fue el "autor intelectual inorgánico" de aquellos crímenes.
Por su parte, mis interlocutores estadounidenses, especulativamente pero no especulando lucrativamente con ello, me avisaban del riesgo de acumulación de crisis bélica y de crisis económica en su propia nación...
Hoy estamos dónde estamos y la más elemental prudencia obliga a no desvelar de qué evaluación y de qué prospectiva participa uno. Hay cosas que sólo deben ser comunicadas con absoluta claridad a los "príncipes", los responsables políticos últimos.
En el interín, textos como Alpargatas y sin cartuchos, de mi muy estimado El Alijar, señalan más vulnerabilidades que las que expresa el propio autor. Y que conste que el general Álava que cita avisando de carencias militares y navales antes de la de Trafalgar, finó sus días como exiliado protegido del Duque de Wellington en el Reino Unido de la Gran Bretaña.
No sigo, pues otra vez, una quizá buena prudencia avisa que es mejor no irse mucho de la "muí"...
2 comentarios:
Bueno, quizás tendré que finar los días en alguna isla alejada de la metrópoli con la protección de algún "Duque", o sin ella.
Lo doy por descontado y me doy por amortizado. Pero como de Álava, ahí quedará lo escrito para dar fe.
Como ya he hecho notar a El Alijar aparte, el que teme terminar como Álava pero sin Wellingto es servidor
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