He leído de Antonio Muñoz Molina su Vanguardias bélicas, comentario sobre la exposición ¡1914! La vanguardia y la Gran Guerra. (Museo Thyssen-Bornemisza y Fundación Caja Madrid), ya anotada aquí.
Comentando el estudio presentado por el comisario de la exposición, Muñoz Molina afirma "Javier Arnaldo explica lo que nadie sabe o quiere saber, que la vanguardia artística fue tan vehemente como la extrema derecha en su belicismo canallesco".
Estoy muy de acuerdo con el artículo. De entre los novelistas españoles vivos, Muñoz Molina es de los pocos que me merecen respeto moral. Su novela "autocrítica" Ardor guerrero -donde puso en su sitio a la derecha y a la izquierda desde su rememoración de su paso por el Regimiento de Cazadores de Montaña "Colón XXIV" ubicado en su día cerca de San Sebastián - no ha sido desmentida por su acción pública posterior. En Sefarad, sólo se dejó engañar por las fuentes vivas en las que se basó para explicar lo que pasaba en la URSS bajo ocupación del Eje.
Sólo espero que, sobre el horror de las dos guerras mundiales y su impacto en las mentalidades de los militares alemanes que combatieron en la primera como subalternos y en la segunda como generales, pueda Muñoz Molina junto a mis lectores acceder al libro del que inserto carátula. Obra del profesor alemán Sönke Neitzel por fin editado en castellano Los generales de Hitler. Transcripciones de conversaciones secretas 1942-1945, (Barcelona: Tempus: 2008)
En el enlace del título encontrarán una concisa sinópsis, que inserto:
"Entre 1942 y 1945, los servicios de Inteligencia británicos llevaron a cabo un ambicioso programa de escuchas a los oficiales alemanes que mantenían prisioneros en varios centros situados en los alrededores de Londres. Esas conversaciones fueron registradas y transcritas gracias a un sofisticado equipo de grabación.
Gracias a la obtención de ese testimonio de primera mano, hoy contamos con una herramienta extraordinaria para conocer lo que los generales de Hitler opinaban libremente sobre el desarrollo de la contienda o los dirigentes del Reich. Los oficiales debatieron también sobre el atentado contra el dictador germano del 20 de julio de 1944, los crímenes de guerra o la necesidad de colaborar con el enemigo, sin saber que sus discusiones eran escuchadas por sus captores. El lector tiene ahora la excepcional oportunidad de conocerlas".
Lo que contiene el libro, permite comprobar, por enésima vez, cómo el Mal anida fácilmente... y se sostiene pese a toda evidencia.
26 Ne ergo timueritis eos. Nihil enim est opertum, quod non revelabitur, et occultum, quod non scietur. / 27 Quod dico vobis in tenebris, dicite in lumine; et, quod in aure auditis, praedicate super tecta. (Evangelio según San Mateo, 10)
Los británicos, lo tengo dicho ya, tienen muy buenos archivos... y mejores medios para llenarlos. Espero que también graben lo siguiente: El Vaticano y la Shoá, con Jorge Aspizúa.
P.S. Leán con atención la historia de Fidel García, valiente obispo de Calahorra , y cómo publicó
"... en su boletín diocesano la encíclica Mit Brennender Sorge (Con ardiente preocupación), con la que Pío XI condena severamente el nazismo. Franco había dado órdenes tajantes de evitar la publicación en los territorios bajo su control de la famosa execración papal contra su socio bélico Adolf Hitler. El prelado de Calahorra fue el único que ignoró las órdenes del caudillo golpista. Para subrayar su combate contra todo totalitarismo ateo, dio un paso más. Publicó una larga y vibrante Instrucción pastoral sobre algunos errores modernos, entre otros el nazismo y el comunismo, y en defensa de "la libertad y la dignidad del hombre frente al Estado".
No toda la información del artículo es exacta. Para detalles y contexto, léan a Alfonso Álvarez Bolado, y en especial, Para ganar la guerra, para ganar la paz : iglesia y guerra civil : 1936-1939 (Madrid: Universidad Pontificia de Comillas: 1995).
Sobre lo de Carrillo, como "rojo" que soy, me asquea que se le siga dando pábulo a ese sicario de Beria.
Comentando el estudio presentado por el comisario de la exposición, Muñoz Molina afirma "Javier Arnaldo explica lo que nadie sabe o quiere saber, que la vanguardia artística fue tan vehemente como la extrema derecha en su belicismo canallesco".
Estoy muy de acuerdo con el artículo. De entre los novelistas españoles vivos, Muñoz Molina es de los pocos que me merecen respeto moral. Su novela "autocrítica" Ardor guerrero -donde puso en su sitio a la derecha y a la izquierda desde su rememoración de su paso por el Regimiento de Cazadores de Montaña "Colón XXIV" ubicado en su día cerca de San Sebastián - no ha sido desmentida por su acción pública posterior. En Sefarad, sólo se dejó engañar por las fuentes vivas en las que se basó para explicar lo que pasaba en la URSS bajo ocupación del Eje.
Sólo espero que, sobre el horror de las dos guerras mundiales y su impacto en las mentalidades de los militares alemanes que combatieron en la primera como subalternos y en la segunda como generales, pueda Muñoz Molina junto a mis lectores acceder al libro del que inserto carátula. Obra del profesor alemán Sönke Neitzel por fin editado en castellano Los generales de Hitler. Transcripciones de conversaciones secretas 1942-1945, (Barcelona: Tempus: 2008)
En el enlace del título encontrarán una concisa sinópsis, que inserto:
"Entre 1942 y 1945, los servicios de Inteligencia británicos llevaron a cabo un ambicioso programa de escuchas a los oficiales alemanes que mantenían prisioneros en varios centros situados en los alrededores de Londres. Esas conversaciones fueron registradas y transcritas gracias a un sofisticado equipo de grabación.
Gracias a la obtención de ese testimonio de primera mano, hoy contamos con una herramienta extraordinaria para conocer lo que los generales de Hitler opinaban libremente sobre el desarrollo de la contienda o los dirigentes del Reich. Los oficiales debatieron también sobre el atentado contra el dictador germano del 20 de julio de 1944, los crímenes de guerra o la necesidad de colaborar con el enemigo, sin saber que sus discusiones eran escuchadas por sus captores. El lector tiene ahora la excepcional oportunidad de conocerlas".
Lo que contiene el libro, permite comprobar, por enésima vez, cómo el Mal anida fácilmente... y se sostiene pese a toda evidencia.
26 Ne ergo timueritis eos. Nihil enim est opertum, quod non revelabitur, et occultum, quod non scietur. / 27 Quod dico vobis in tenebris, dicite in lumine; et, quod in aure auditis, praedicate super tecta. (Evangelio según San Mateo, 10)
Los británicos, lo tengo dicho ya, tienen muy buenos archivos... y mejores medios para llenarlos. Espero que también graben lo siguiente: El Vaticano y la Shoá, con Jorge Aspizúa.
P.S. Leán con atención la historia de Fidel García, valiente obispo de Calahorra , y cómo publicó
"... en su boletín diocesano la encíclica Mit Brennender Sorge (Con ardiente preocupación), con la que Pío XI condena severamente el nazismo. Franco había dado órdenes tajantes de evitar la publicación en los territorios bajo su control de la famosa execración papal contra su socio bélico Adolf Hitler. El prelado de Calahorra fue el único que ignoró las órdenes del caudillo golpista. Para subrayar su combate contra todo totalitarismo ateo, dio un paso más. Publicó una larga y vibrante Instrucción pastoral sobre algunos errores modernos, entre otros el nazismo y el comunismo, y en defensa de "la libertad y la dignidad del hombre frente al Estado".
No toda la información del artículo es exacta. Para detalles y contexto, léan a Alfonso Álvarez Bolado, y en especial, Para ganar la guerra, para ganar la paz : iglesia y guerra civil : 1936-1939 (Madrid: Universidad Pontificia de Comillas: 1995).
Sobre lo de Carrillo, como "rojo" que soy, me asquea que se le siga dando pábulo a ese sicario de Beria.
1 comentario:
Como siempre felicidades por el estilo impactnte y la inquietud que generan las entradas. Sin discusión leeré el libro. Sin embargo me gustaría que un día se ampliara la conexión Carrillo-Beria. Me interesa sobremanera este aspecto. He leído el corte que aparece en el país y, como historiador, no creo en las simplicidades y en la sencillez de la causística.
A la espera de más que devorar.
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