3/22/2007

De la Carrera Militar: como todo, a resolver mediante discusión parlamentaria

Se acaba de aprobar en el Congreso de los Diputados el entrar a discutir pormenorizadamente el texto del proyecto de Ley de la Carrera Militar enviado por el Gobierno.

El PP retiró ayer su proposición de devolución del proyecto al gobierno. En contra del proyecto sólo han votado 9 diputados, 9.

Ahora queda el trámite parlamentario, para nada insignificante. Hay broza que desbrozar.

Lástima que la cerrazón lleve a diferir por unos años más la necesaria y plena integración de las carreras personales de los militares por oficio en España con las del conjunto de sus conciudadanos.

Transcribo al efecto parte de un párrafo anónimo publicado bajo la cobertura de la progresista Fundación Alternativas, que, espero, ni siquiera anónimamente hubiera podido ser publicado bajo la cobertura de los aznaríes del FAES/GEES.

"Una prima económica y el mantenimiento de un salario reducido no es compensación suficiente para que alguien en edad productiva pase a ser ocioso, ni tampoco el Estado debería permitirse el lujo de su ociosidad. El Estado debe intentar recolocarlos (a los militares que pasen a la reserva) bien en el mercado laboral, bien en otras administraciones públicas mediante la financiación de su reciclaje". (Cif. La reforma de la carrera militar en España. OPEX: Documento de Trabajo 7/2007, pg. 35)

Los militares por oficio, al culminar sus carreras bajo contrato, deberían estar en disposición de valerse sólos y por si mismos en el mercado laboral común o en su acceso al resto de las administraciones públicas. Desde luego, bajo tal condición, el prestigio de haber servido con honor y eficacia en el oficio de las armas públicas acompañaría a cada individuo que tal hubiera hecho reforzando las demandas personales de empleo no castrense.

Pero ello no será así pues, ni a izquierda ni a derecha, se ha querido en nueva ocasión que los militares por oficio adquieran desde un principio y a lo largo de sus carreras capacitación civil que aportar eficientemente durante su servicio público al conjunto de las Fuerzas Armadas y, por extensión, al Estado y a la sociedad española.

La restricción ha sido así impuesta a resultas de una doble tenaza de presión por parte de los militares más corporativistas y de los rectores universitarios, no menos corporativistas pero mucho más taimados. Y esa restricción tiene el efecto de invalidar a los militares por oficio, hoy y en el futuro, para ganarse el pan tras cesar como miembros activos de las Fuerzas Armadas. Unas Fuerzas Armadas que demasiados listos quieren mantener como sempiterno parvulario y mediocre cooperativa.

Y es que, desde siempre, los listos han procurado acabar con la inteligencia y la combatividad del resto.

Los militares por oficio deben ser individuos inteligentes y disciplinadamente combativos. Para nada deben ser sujetos numerados de una recua pendiente del escalafón, susceptibles de convertirse en manada de ñúes en estampida.

Porque, si los encargados de la defensa militar no son gente hecha y derecha, ciudadanos leales al tiempo que celosos como se debe, sus vulnerabilidades se extienden al conjunto del público. Si el público deja así de ser ciudadano, como irremediablemente sucede dado el caso, al final todo debate político termina con manifestaciones de estampida y, al cabo, malsanamente en España, con el abuso que implica buscar amparo en el nombre del propio Rey para lograr cualquier propósito particular o particularizado basado en el temor de aceptar y amar a España tal como es... aunque las elecciones no las ganemos los nuestros.

Tal cual sucede, ¡ay!, de nuevo en estos días en boca de jurisconsultos salerosos, políticos confederados y, aún -¡ay! otra vez- condes de nueva y vieja planta.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Aún a riesgo de no conocer el tema, ¿ no se podría dar a los militares el mismo trato de jubilación que a la Policia y Guardia Civil?. Además, obviamente, de poder extender la vida militar a los mismos años que sirven los Policias y Guardias Civiles. Otro tema es el de los sueldos, que se deberían equiparar al de los cuerpos policiales, donde yo no veo que falten aspirantes. O, resumiendo, todo queda en manos del vil metal.