11/07/2006

Del negocio de la Guerra Civil


En EE.UU., la guerra civil de 1861-65 es un negocio y, al tiempo, objeto de múltiples controversias.

Sus efectos, políticos y legales, perduran hasta hoy.

También los simbólicos. Por ejemplo, el jefe de los ejércitos de la Confederación, general Robert E. Lee tuvo que esperar hasta la presidencia de Gerald Ford en 1975 para que se le concediera un perdón presidencial que había solicitado y que no le fue tramitado en vida; había muerto en 1870. Todavía hoy, no son infrecuentes los atentados contra las estatuas que, por iniciativa pública o privada, se dedican a su memoria desde 1890. Su tumba, en la Lee Chapel at Washington and Lee University, Lexington VA, es objeto de especial vigilancia.

Como no podía ser menos, la Guerra Civil española de 1936-1939 se ha convertido también en un negocio. Se organizan visitas a los campos de batalla del Ebro como se organizan a los de Gettysburg en EE.UU.. Con el tiempo, y si 'los poceros' no lo impiden, se realizarán también esas visitas, entre otros tantos sitios, a Seseña, lugar donde se produjo la primera incursión de carros de combate soviéticos en octubre de 1936. Desde 2000, son bastantes las revistas que se dedican a explotar los materiales documentales y gráficos sobre la guerra civil, en especial los referidos a armamento y militaria en general, particularizando fondos documentales largamente conservados fuera del alcance de una Ley de Archivos Nacionales inexistente.

Desde ya antes del mismo fin de la guerra, y hasta nuestros días, miles de libros de toda especie han fijado los grandes temas historiográficos relacionados con la guerra civil.

En la actual berrea, cruzados todo tipo de intereses inmediatos, mediáticos e idelógicos, las obras de Pio Moa suponen una actualización de contenidos ya fijados, entre otros, por Burnett Bolloten y su magna La Guerra Civil Española. Revolución y Contrarrevolución, cuya edición integra en castellano realizó Alianza Editorial en 1989.

Pio Moa supo aprovechar su investigación en los archivos del PSOE conservados por la Fundación Pablo Iglesias -y que su dirección puso a su disposición, tras abandonar la organización terrorista GRAPO- para documentar mejor esos contenidos, especialmente para el periodo de la llamada revolución de Asturias de 1934.

Cuando apareció su libro Los Orígenes de la Guerra Civil Española, en 1999, este servidor propuso que la revista Leviatán, vinculada a la Fundación Pablo Iglesias y en la que colaboraba, reseñara dicho libro...

La reseña pondría de relieve que la aportación de datos provienientes de los archivos del PSOE documentaba la voluntad mayoritaria del partido en favor de la revolución y de la intentona insurreccional de 1934. A la vez, se indicaría que Moa simplificaba en exceso -en el mejor de los casos, en la línea interpretativa de José María Gil Robles en No fue posible la paz (Barcelona: Ariel: 1968)- sobre la inevitabilidad de la guerra teniendo como única causa fundamental la existencia de esa voluntad revolucionaria en las izquierdas y capitidisminuyendo la paralela actividad anti-republicana y pro-golpista de facciones importantes de las derechas españolistas...

La propuesta que no fue aceptada por razones que, con el tiempo y las explicaciones públicas de los interesados, voy comprendiendo: mucho antes de lograr publicar los resultados iniciales de sus investigaciones, Moa vió frustradas sus expectativas personales ante la oposición de un entorno académico que tenía dominio en casi todas las plazas y del que era exógeno... Como dice un buen amigo mío, la Universidad española es peor que el Cuerpo de Intendencia.

Hoy Moa tiene su particular Babelia en el entorno de El Mundo y de Libertad Digital, desde la que compite con la fijada en El País. A través de sus libros y artículos, todos los actores de este psicodrama entre historiadores de número e historiadores por oficio, están realizando sus particulares, o particularizadas, políticas de venganza, alcanzando límites indeseables.

Mientras tanto, los grandes temas historiográficos, a los que estudios concienzudos sobre la guerra civil española podrían realizar aportaciones de relieve, consultando archivos propios o foráneos subexplotados o inéditos, quedan ayunos de ellos.

Servidor, hace ya tiempo que se dedica a otras guerras... guerras en las que de verdad nos jugamos la sangre y el futuro, y no precisamente en una pelea por ocupar cátedras.

No hay comentarios: