El montaje inserto es producto y prueba del miedo que, entre no pocos estadounidenses, se tiene ante la inmigración de hispanos.
Este miedo, miedo a la movilidad social en suma, origina medidas y propuestas cara a la galería por parte de todos los agentes políticos con el poder preciso, no sólo para ser electores, sino para ser electos y, aún más, promover que otros sean elegidos.
Lo mismo pasa en España y no sólo en el asunto de la inmigración ilegal.
Así las cosas, conviene señalar que el texto de Juan Ignacio Wert, Clima político y estrategias, publicado por El País ayer acierta en casi todas las consideraciones y en casi todas las propuestas, excepto en lo principal.
A los 'borrokides' de toda especie -y, muy especialmente, a los criminales de ETA- lo que más les asusta es que en España se planteara un mejor ajuste democrático del sistema político respecto del sistema de poder que surge de la suma-resta de las voluntades de todos los ciudadanos expresadas mediante el voto.
En el caso concreto de los mediadores fácticos que dicen querer servir al PP -cuando es al contrario-, se teme mucho que un proceso democrático tal -que exigiría para iniciarse la desaparición de la acción criminal de ETA; o sea, de ETA misma- pudiera darse.
En el caso concreto de los mediadores fácticos que dicen querer servir al PP -cuando es al contrario-, se teme mucho que un proceso democrático tal -que exigiría para iniciarse la desaparición de la acción criminal de ETA; o sea, de ETA misma- pudiera darse.
Temen que el PP dejaría de poder ganar alguna vez elecciones autonómicas en el País Vasco y que, por supuesto, se mantendría como partido político minoritario en Cataluña, bajando así, por lógica de utilidad ciudadana, en sus expectativas de triunfo por mayoría absoluta de escaños en unas elecciones generales.
Como Bush al firmar el acta de autorización de muros al Norte del Rio Grande, estos que digo se equivocan... o quizá no.
ETA forma parte consustancial de aquella parte del sistema de poder en España que teme la movilidad social y la democracia.
La inmensa mayoría de los españoles -incluídos casi todos los militantes y simpatizantes del PP- saldríamos ganando si lográramos de una vez que ETA, dejando de ser ETA, dejara de ser parte consustancial del sistema de poder en España reforzando nuestro sistema político democrático.
Me temo que, incluso entre muchos que se reconocen en la órbita del actual gobierno, hay muchos Wert que no quieren ver ese escenario.
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