Un RG-31, fabricado en Sudáfrica por OMC Vickers, al servicio de las fuerzas de Canadá destacadas en Afganistán. Al menos parece que no vuelca con facilidad, teniendo reserva de potencia. Hay informes muy fiables sobre su bondad en materia de protección balística integral y contra minas. El vehículo ha sido empleado en Bosnia, Kosovo, Georgia e Irak por múltiples usuarios. Su hermano pequeño, el RG-32, ha sido adquirido por Suecia; compite internacionalmente con el MLV, de Iveco, hoy en pruebas para servir en el Ejército de Tierra español.
Bueno, bonito y, posiblemente, barato. Apto para rellenar de urgencia ciertos huecos. Además es "políticamente correcto". En primer lugar, los ejemplares especializados de la foto son propiedad de HEC, una empresa alemana dedicada a desactivar minas y cargas explosivas por cuenta de quien les pague. En segundo lugar, se trata del Wer'Wolf, vehículo modular antiminas fabricado por Windhoeker MaschinenFabrik, empresa integrada en el holding público August 26, propiedad del Ministerio de Defensa de Namibia. Una joven república africana empeñada en salir del subdesarrollo.
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