Un amigo estadounidense me avisa de la existencia del articulo de Peter W. Singer "Mike Tyson and the Hornet's Nest: Military Lessons of the Lebanon Crisis", publicado en la web de The Brookings Institution, el pasado 1º de agosto.
Tras identificar y analizar atinadamente cinco cuestiones referidas a la guerra asimétrica impuesta por Hízbullah y aceptada por Israel, Singer viene a concluir que, operacional y tácticamente, los israelíes han entrado en esta nueva guerra libanesa como elefante en cacharrería.
En la misma web, se encuentra copia del artículo de Phillp H. Gordon y Kenneth M. Pollack "The Iranian Calculus", publicado en el Wall Street Journal el 3 de agosto. Los autores afirman que "la determinacion de la Administración Bush en orden a dar tiempo a Israel para destruir la infraestructura militar de Hizbullah es incomprensible y errónea. Las operaciones militares de Israel no pueden destruir a Hizbullah sin destruir al Líbano en el proceso, hecho que da ventaja a Teherán".
Los autores consideran que la verdadera batalla se libra entre los EE.UU. e Irán ante la opinión pública mundial. ¿Cuál es el fin de esta batalla?: ver quién de los dos contendientes "aparece como más razonable a los ojos del mundo". Gordon y Pollack recuerdan que la verdadera cuestión crítica en el largo plazo es evitar que Irán continúe el proceso de enriquecimiento de uranio.
Así las cosas, incluso bajo las estrictas y cautelosas condiciones descritas por el general español J. Enrique de Ayala en su artículo "¿Misión de Paz en Líbano?" , publicado hoy en El País, si Europa se embarca en una operación de interposicion para la pacificación entre el Líbano e Israel, el resultado estratégico será que los Estados y los pueblos europeos habrán sido fijados sobre el terreno en la primera línea de fuego si los planes nucleares de Irán continúan adelante. Se trata, ciertamente, de una alternativa diabólica para Europa.
Rusia, tras ser sancionadas sus empresas por EE.UU. al haber aportado medios a los planes nucleares de Irán, ha protestado, con razón, que son muchas las empresas europeas que han hecho lo propio y no son castigadas por ello.
El "aislacionismo benevolente" que promueven abierta o encubiertamente muchos líderes políticos y de opinón europeos es, dadas todas estas circunstancias, otra alternativa del diablo para Europa, aunque la bendiga el Papa.
Un atisbo sobre por dónde irán las cosas: atentos a la declaración del presidente de Irán, Ahmadinayab, prevista para el 22 de agosto.
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