En feliz decisión, "la propiedad" de La Vanguardia de Barcelona ha hecho pública en Internet toda su hemeroteca, de 127 años de antigüedad, con carácter gratuito. Servidor podrá leer lo que leían sus abuelos maternos...
El propio Conde de Godó presentó la iniciativa ayer domingo con su artículo La máquina del tiempo.
Iniciativas editoriales tales sólo son posibles en personas físicas y jurídicas a las que el poso del dinero y la convicción de actuar éticamente evitan todo miedo.
La Vanguardia forma parte de un grupo solvente y serio. De hecho, me consta que es el periódico diario que primero se analiza para saber cómo estamos los celtíberos todos los días por la mañana en las embajadas solventes y serias acreditadas en la Villa y Corte ante el Reino de España.
Los medios tecnológicos hoy disponibles han facilitado la decisión, y, desde luego, su falta no es excusa para otras personas físicas o jurídicas -públicas o privadas- con tal tipo de documentación histórica. hagan similar esfuerzo. Iniciativas tales son síntoma de plena normalidad democrática.
Al tiempo, también en La Vanguardia, mi respetado Juliana hace en La sabia imperfección de los húngaros algunas recomendaciones sensatas y saludables sobre el pasado y la memoria comparando Hungría y España. Coincido casi plenamente con él en todo lo afirmado.
Pero no cuando Juliana afirma que "El Danubio relaja". Pienso, por ejemplo, en el Kosovo y en el Danubio que pasa por Belgrado antes de desembocar en el Mar Negro, camino del Caúcaso de Georgia... Por lo demás, ya veremos cómo soporta Hungría el impacto de la crisis financiera y económica global... El relajante Danubio de Juliana es como un vals del tiempo mítico de la Emperatríz Sissi, que solía residir en Londres y que murió asesinada por un anarquista; el verdadero Danubio, "limes romanum", ha estado teñido por sangre demasiadas veces.
Inserto foto facscímil de la portada de La Vanguardia del martes 24 de junio de 1941 (el lunes sólo se publicaba la obligatoria y corporativa Hoja del idem). El editorial "España, precursora" -obligatoriamente pasado por la doble censura, la oficial y la de Luis de Galinsoga, director impuesto a "la propiedad"- no tiene precio: habla del papel de las "plutocracias democráticas".
El propio Conde de Godó presentó la iniciativa ayer domingo con su artículo La máquina del tiempo.
Iniciativas editoriales tales sólo son posibles en personas físicas y jurídicas a las que el poso del dinero y la convicción de actuar éticamente evitan todo miedo.
La Vanguardia forma parte de un grupo solvente y serio. De hecho, me consta que es el periódico diario que primero se analiza para saber cómo estamos los celtíberos todos los días por la mañana en las embajadas solventes y serias acreditadas en la Villa y Corte ante el Reino de España.
Los medios tecnológicos hoy disponibles han facilitado la decisión, y, desde luego, su falta no es excusa para otras personas físicas o jurídicas -públicas o privadas- con tal tipo de documentación histórica. hagan similar esfuerzo. Iniciativas tales son síntoma de plena normalidad democrática.
Al tiempo, también en La Vanguardia, mi respetado Juliana hace en La sabia imperfección de los húngaros algunas recomendaciones sensatas y saludables sobre el pasado y la memoria comparando Hungría y España. Coincido casi plenamente con él en todo lo afirmado.
Pero no cuando Juliana afirma que "El Danubio relaja". Pienso, por ejemplo, en el Kosovo y en el Danubio que pasa por Belgrado antes de desembocar en el Mar Negro, camino del Caúcaso de Georgia... Por lo demás, ya veremos cómo soporta Hungría el impacto de la crisis financiera y económica global... El relajante Danubio de Juliana es como un vals del tiempo mítico de la Emperatríz Sissi, que solía residir en Londres y que murió asesinada por un anarquista; el verdadero Danubio, "limes romanum", ha estado teñido por sangre demasiadas veces.
Inserto foto facscímil de la portada de La Vanguardia del martes 24 de junio de 1941 (el lunes sólo se publicaba la obligatoria y corporativa Hoja del idem). El editorial "España, precursora" -obligatoriamente pasado por la doble censura, la oficial y la de Luis de Galinsoga, director impuesto a "la propiedad"- no tiene precio: habla del papel de las "plutocracias democráticas".
1 comentario:
Es un periódico que da gusto leer...Lo curioso es que puedas acceder a un artículo de 1898, pero no puedas acceder por Internet sin previo pago a los artículos de la impresa de hoy...
Saludos, M.
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