1. Cabe felicitarse de la rápida acción consular en Gambia a cargo de nuestro Embajador Fernando Morán Calvo-Sotelo -sonoros apellidos- y su equipo: Gambia libera a dos españoles apresados por homosexualidad. Aprovecho la ocasión para recordar que los usos y costumbres de los españoles y las españolas en viajes de placer sexual, ideológico o económico siempre conllevan sus riesgos. Para el futuro, atención a Cuba y no sólo por la Helms-Burton Act, que se mantendrá después de los idus de noviembre: Puede haberse formado una gran Coslada entre los jineteros, las jineteras y la pasma local con registros de "visitantes" activos ya y ante la muerte de los Castro; en la foto, El Malecón de La Habana, sin segundas...
2. Que el contingente de tropas legalmente autorizado por las Cortes para despliegues en el exterior en misiones de paz no supere el total de 3.000 personas significa que tenemos entre 9.000 y 12.000 militares a disposición. Dado que entre Estados Mayores Internacionales europeos y transatlánticos, junto con fuerzas desplegables para "repartir estopa" conforme a lo previsto por la Ley de Defensa Nacional, súman similares cantidades, tenemos 24.000 potenciales combatientes sobre una plantilla total de 180.000 militares.
No es mala ratio. Pero, políticamente, es muy útil comprobar que, entre pitos y flautas, la Defensa en España supone la existencia de una burocracia y guarnición en el interior del territorio nacional de unas 156.000 personas, dicho esto sin incluir a la Guardia Civil, de cuyo carácter militar nadie pondrá legalmente en duda.
Para los dichos 24.000 potenciales combatientes hay que procurar que gócen de la máxima protección sobre el terreno de operaciones. En eso se está, me consta, pese a que aquí lo que importa es el cierre anual del presupuesto previsto, clave de toda concentración y externalización en el sector Seguridad y Defensa. No es broma afirmar que entre 500 y 600.000 puestos de trabajo públicos y privados dependen del gasto conjunto de Interior, Defensa y Exteriores. Dicho esto, MRAP's, ya, As Time Goes By, y
3. Españoles imbéciles hay en todas partes. Así en ABC, edición digital de ayer noche, se titulaba Un vídeo muestra a España como «un país de mierda» para reivindicar la buena imagen de Israel.
Como comentario al márgen tengo que decir un par de cosas: La primera, que siento infinito que, incluso, entre los más míos haya imbéciles. La segunda, que promociones y ventas como las que han facilitado la afloración de dichos imbéciles, no impediran que las fuerzas que defienden a España e Israel, como naciones democráticas y plurales que son, sigan protegiendo el derecho a la libertad de expresión... incluso, la de los imbéciles más o menos interesados.
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La muerte no es el final, en homenaje a Mel Ferrer, hispano, siempre le recordaremos como "Pierre" en Guerra y Paz, aunque el texto de Tolstoi deba de ser leído de rodillas. Con un par... tanto dá si huevos ú ovarios, Credo de la Muerte.
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