Hay que saber callar.
Eso quiere decir que hay que saber hablar: así, Marín, abajo en la segunda foto, presidente de las Cortes Generales, segunda autoridad del Estado después de El Rey, ha reclamado que no seamos ni duros ni burdos. Todos los engreídos que se creen y presentan como duros, son burdos. Por ello, ayudan decisivamente a que seamos quebradizos y relajados.
Arriba, en la primera foto, querido Baluarte, está una madre sosteniendo a su hijo muerto.
A los que hemos enterrado esta semana son también nuestros hijos. Eduquemos a los que nos restan en las buenas normas democráticas. Desde la habitual discrepancia -no todos somos católicos, al menos buenos como tu deseas, Baluarte- muchos deseamos ser hijos de un buen Dios e intentar, por tanto, actuar conforme a la responsabilidad de aspirar a ser tales.
Otro de los nuestros ha hablado. Extraigo de sus palabras, teniendo presentes últimas nuevas de Guinea Ecuatorial, una corta y clara lista de amenazas que penden sobre todos nosotros:
1. A new and more malignant form of global terrorism rooted in extremist and violent jihadism;
2. New manifestations of ethnic, tribal, and sectarian conflict all over the world;
3. The proliferation of weapons of mass destruction;
4. Failed and failing states;
5. States enriched with oil profits and discontented with the current international order; and
6. Centrifugal forces in other countries that threaten national unity, stability, and internal peace – but also with implications for regional and global security.
2 comentarios:
Querido amigo Jorge,
En tu frase "A los que hemos enterrado esta semana son también nuestros hijos. Eduquemos a los que nos restan en las buenas normas democráticas. Desde la habitual discrepancia -no todos somos católicos, al menos buenos como tu deseas, Baluarte- muchos deseamos ser hijos de un buen Dios e intentar, por tanto, actuar conforme a la responsabilidad de aspirar a ser tales", que te agradezco percibo una interpretación literal del aertículo de Don Santiaqo que cito en mi post. Creo que en la frase: "España sólo puede seguir existiendo como tal si es católica" hay que netederla en sentido histórico y amplio. Me explico, no creo que el autor pretenda la oficialidad de la religión católica, si no la pervivencia de los valores morales y sociales, que no son otros que los cristianos, que configuraron, en sentido histórico el ser de España. La tesis está magníficamente expuesta en el imprescindible "España inteligible" de Julián Marias, un profundo católico nada clerical. Creo que esa el la diferencia. ¿Una España esencialmente (en su esencia) católica con un 5% de musulmanes y un 15% de ateos practicantes?. Si claro, ¿por qué no?
Un abrazo
Luis
Querido Luis:
Ningún concepto más querido por mi que el "libre albedrío". Por tu comentario veo que compartimos mucho.
El respeto a todas y cada una de las personas, integral, sin fisuras es la condición sin la cual no hay ni convivencia, ni su regulación.
Con ese mínimo común denominador, no veas cómo se mejora.
Un abrazo
Jorge
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