4/13/2007

Al Andalus, Al Qaeda, hechos y matices



En pocas ocasiones los diagnósticos periodísticos y políticos básicos han sido tan coincidentes como los publicados tras los atentados del 11-A en Argel y las previas operaciones policiales en Casablanca que han llevado al suicidio a los militantes de Al Qaeda allí cercados.

Al Andalus -esto es, España junto a Portugal- ha sido designada una vez más como objetivo de acción criminal por parte de Al Qaeda en la reivindicación que ésta ha hecho de los ataques en Argel.

Obviamente, los matices siguen después.

Ayer, el Centre d'Estudis Estratègics de Catalunya libraba una nota de David Bajona, significativamente titulada Al Qaeda al Mahgreb i l’Al-Andalus, què cal fer a Catalunya?. En Cataluña, la amenaza islamista está facilitando la "compactación" del discurso de los nacionalistas catalanes a derecha e izquierda ante el Estado. Y ello resulta mucho más eficiente que cualquier otro asunto de debate público, incluidos los estúpidos ataques anticatalanes que alimentan los discursos españolistas difundidos desde Madrid y sus poderes aúlicos.

Hoy, en ABC, leemos el notorio texto Al Qaida a las puertas, obra del escribidor de Aznar, Rafael L. Bardají. Pocas veces el necesario análisis estratégico ha sido reducido a tan mero panfleto partidista. Se fija toda responsabilidad de lo que pueda ocurrir en Rodriguez Zapatero al tiempo que se intenta hilar una intrepretación sobre lo sucedido en el Magreb que excluye toda referencia a Argelia - ¿consigna de Moscú? - y carga contra la monarquía reinante en Marruecos. A la postre, se ensaya un marco de interpretación favorable a la exoneración, so pretexto del 11-A, de los responsables de Interior en ejercicio antes, durante y después del 11-M. Era impensable que una cabeza tan bien amueblada como la de Bardají tuviera que dar muestra de tantas fijaciones y restricciones mentales como las hoy detectadas en el texto de referencia.

A servidor tampoco le satisfacen las valoraciones gubernamentales.

Bardají tiene razón en una de sus afirmaciones genéricas: no se "ha educado a la población para resistir" la amenaza jihadista. Y desde luego, la respuesta a la misma no reside sólo en crear una cobertura de fuego de 360º ante una emboscada, como muestra la foto inserta tomada en Irak durante unos entrenamientos.

El hecho cierto es que, tanto frente a ETA como frente a las franquicias de Al Qaeda, el empleo de una verdadera movilización e instrucción democrática frente al terror ha brillado por su ausencia.

Entre las posibles víctimas -cualquiera de nosotros- sigue primando la especie "cientifista" de que, por cálculo de probabilidades, la posibilidad de que una persona concreta sea víctima efectiva de los crímenes terroristas es ínfima. El egoismo social así generado por la tradición "psicologista" que siguen difundiendo y aplicando los herederos de los Vallejo-Nájera y de los López Ibor impide, a la postre, la efectiva coordinación de todas las capacidades democráticas en la lucha contra ese mal que es, genéricamente, el terrorismo.

Como se demostró de la criminal mano de Al Qaeda el 11-M - y tantas veces antes, de la mano de ETA-cuando lo improbable afecta a víctimas con nombre y apellidos, sean estas pocas o muchas a la vez, el daño político y ético que causa la acción terrorista es inmensamente mayor que el mero y siempre doloroso daño físico y psiquico que causa directamente.

Así, la fijación por ETA previa al 11-M facilitó la acción de Al Qaeda, como poco, al bonificar la imprevisión de los responsables gubernamentales.

Hoy, mejor preparados los actuales, se sigue queriendo ignorar que, a diferencia de ETA, Al Qaeda no es un pez en un estanque, sino una corriente de agua caliente penetrando en un mar de agua fría, menos detectable, todavía más insidiosa que cualquier otra organización criminal de las presentes en Al Andalus.

***

Junto a más información y análisis, hoy en Civilización y Diálogo se publican mis notas de urgencia redactadas ayer, Al Qaeda en Al Andalus, a propósito de cómo se generó su amenaza mientras disfrutábamos en Occidente de nuestra dolce vita.

No hay comentarios: