Pocos han señalado con el debido rigor la contigüidad intelectual y acaso operativa de los atentados sufridos en Casablanca en 2003 y la comisión de los atentados del 11-M: tal vez, hubiera sido preciso para ello haber podido interrogar a los criminales a los que se les dio –seguro que sin querer- la oportunidad de suicidarse en Leganés.
9/04/2006
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